He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

sábado, 23 de diciembre de 2017

Amigas

Actualmente es mi mejor amiga. La nuestra es una amistad como la de Montaigne y La Boétie... Ya sabéis, algo absoluto y difícil de explicar. Y el hecho de que está joven de treinta y dos años sea mi hermana es puramente anecdótico. Digamos que la única diferencia es que no hemos tardado mucho tiempo en conocernos.
A ella le van los Ensayos de Montaigne, las súper teorías del filósofo tales como que la cabezonería encuentra su castigo en esta vida y que filosofar es aprender a morir. A mí me va el Discurso de la servidumbre voluntaria de La Boétie, los abusos infinitos y todos esos tiranos que si son grandes es sólo porque nosotros nos arrodillamos ante ellos. A ella le va el conocimiento verdadero, lo mío son más los tribunales. Y las dos sentimos que somos la mitad de todo y que la una sin la otra no estaría más que a medias.

De la maravillosa novela La sal de la vida [2009] de la escritora francesa, que acabo de descubrir, Anna Gavalda [1970- ].

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