He visto un rostro con mil semblantes, y un rostro que no era sino un solo semblante, como si estuviera en un molde.
He visto un rostro cuyo resplandor no ocultaba su fealdad interior, y un rostro cuyo resplandor escondía una belleza aún más espléndida.
He visto un rostro viejo con arrugas inexpresivas, y un rostro terso en el que todas las cosas habían dejado su huella.
Conozco los rostros porque miro a través de la tela que mis propios ojos tejen, y busco la realidad que hay debajo.
Del libro El loco [1918] del libanés Gibran Khalil Gibran [1883-1931].
"un rostro terso en el que todas las cosas habían dejado su huella"...
ResponderEliminar...la dignidad del tiempo es un valor que hay que rescatar más a menudo.