He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

martes, 31 de marzo de 2015

Eso es lo que es

-Continúe -le animó la señora Webster-. Sé de lo que habla. Prosiga, señor Carlyle. A veces es bueno hablar. En ocasiones es necesario. Además, quiero escucharlo. Y después se sentirá mejor. A mí me pasó una vez algo así, algo parecido a lo que está describiendo usted. Amor. Eso es lo que es.

Del cuento Fiebre del escritor Raymond Carver [1938-1988], incluido en su libro Catedral [1983].

lunes, 30 de marzo de 2015

gente que lee (32)

David Laing [1793-1878], anticuario, historiador, coleccionista, retratado al óleo en 1862 por el pintor escocés Sir William Fettes Douglas [1822-1891].

domingo, 29 de marzo de 2015

He visto

Ahora que soy mayor, lamento no haber escrito un diario de los hoteles por los que he pasado a lo largo de mi vida (escribo estas líneas desde uno) y de las cosas que he visto desde sus ventanas. He visto, por ejemplo, un cementerio rodeado de edificios altos. He visto agonizar a un anciano en el edificio de enfrente, lo he visto morir. He visto un patio interior oscuro en el que había anidado una golondrina. He visto un callejón con un sex-shop al que entraban hombres con la cabeza agachada y las solapas del abrigo subidas. He visto llorar a una adolescente y pelear a una pareja de novios. He visto un domingo por la tarde desolado, con familias paseando de la mano. He visto el mar y he visto la luna. He visto un río por el que pasaban barcazas perezosas que no parecían de verdad. He visto a un perro devorando a un gato. He visto a un mendigo construyendo una casa de cartones. He visto a mi madre pasear conmigo de la mano, porque desde las ventanas de los hoteles se ven muchas alucinaciones. He visto temblar las copas de los árboles por influencia del viento. He visto aviones que despegaban y aterrizaban sin cesar. He visto un mercado con el techo roto. He visto puestos de verduras y de frutos secos. He visto dos o tres accidentes de coche. He visto una ciudad entera, a mis pies, he visto sus tejados y sus ventanas pequeñas y las humedades de sus paredes. He visto un edificio de oficinas con sus oficinistas, todos Clips de Famóbil. He visto un campo de fútbol y una plaza de toros, muy desasosegantes los dos. He visto a un policía acariciando su pistola. He visto descampados. He visto vacas (sagradas y profanas). He visto desfiles militares. He visto manifestaciones de estudiantes. He viso una plaza de piedra con una fuente en medio. He visto cúpulas de iglesias que parecían flotar a la puesta del sol. He visto antenas de televisión. He visto cables de la luz. He visto zopilotes y cigüeñas. He visto restaurantes caros y baratos. He visto terrazas de verano. He visto jóvenes y viejos. He visto la selva y el desierto. He visto una muralla. He visto a un hombres tirando de una cabra. He visto un atraco. He visto a dos muchachos transportando un espejo gigantesco en el qeu se reflejaba la puerta de mi hotel...

Del libro Articuentos completos [2011] de Juan José Millás [1946- ].

viernes, 27 de marzo de 2015

200

Ya hay 200 entradas en este blog sobre cosas que leo y cosas que escribo. Poco a poco, durante este año y pico que ha pasado desde que lo inicié, va entrando cada vez más gente por aquí a curiosear... y en algunos casos a quedarse.

Quiero aprovechar este post número 200 para pediros a quienes venís de visita vuestros comentarios, vuestras sugerencias, críticas, propuestas... que contéis qué estáis leyendo, vuestras recomendaciones....

Y para "celebrarlo" estrenamos twitter [@capituloseis] y e-mail [elcapituloseisdeminovela@gmail.com] propios del blog.

Nos vemos en los libros...

jueves, 26 de marzo de 2015

Stefan y Michel

Después de muchas vicisitudes Stefan y Michel han llegado por fin a casa, de la mano de los Reyes Magos...
¡Qué buena pareja!
¡Y qué ganas de leerles...!

[¡Gracias, hermana!]

miércoles, 25 de marzo de 2015

¿Hacia dónde caminar?

¿Por qué resulta a veces tan arduo decidir hacia dónde caminar? Creo que existe en la Naturaleza un sutil magnetismo y que, si cedemos inconscientemente a él, nos dirigirá correctamente. No da igual qué senda tomemos. Hay un camino adecuado, pero somos muy propensos, por descuido y estupidez, a elegir el erróneo. Nos gustaría tomar ese buen camino, que nunca hemos emprendido en este mundo real y que es símbolo perfecto del que desearíamos recorrer en el mundo ideal e interior; y si a veces hallamos difícil elegir su dirección, es -con toda seguridad- porque aún no tiene existencia clara en nuestra mente.

De Caminar [1862] de Henry David Thoreau [1817-1862].

martes, 24 de marzo de 2015

El blog de la BNE

Estos días ando gulusmeando en la BNE y en su página web.
Hace un par de semanas estuve allí, me hice el carné de lector, y tuve la suerte de hacer una visita por algunas de las tripas de la biblioteca.
El miércoles pasado volví para asistir a uno de los mini cursos de formación para usuarixs que organiza la propia biblioteca, en los que te cuentan cómo funciona y cómo usarla.
En este curso, que en teoría dura una hora pero se extendió algo más porque hay muuuchas cosas que contar, hacen una introducción contando qué es y para qué es la BNE, explican cómo usar su catálogo, dan una breve descripción del edificio, de las salas de lectura, y cuentan cómo usarlas, cómo pedir libros, etc.
Una de las cosas que descubrí ese día, y que tampoco sabía, es que existe un blog de la BNE con novedades y noticias sobre la institución.
¡Ya está en mi lista de blogs...!

lunes, 23 de marzo de 2015

gente que lee (31)


Mujer desnuda leyendo [1920] óleo del pintor francés Robert Delaunay [1885-1941].

domingo, 22 de marzo de 2015

El lápiz

Viñeta de El Roto, publicada en El País el 20 de marzo de 2015.

sábado, 21 de marzo de 2015

Club de Lectura Serrano: Carver-Adichie

Ayer tuvimos nuestra primera reunión del Club de Lectura Serrano...
En realidad ya hicimos una quedada "fundacional" hace algo menos de un mes, pero la de hoy ha sido la primera en la que teníamos "deberes": la colección de cuentos Catedral [1983] del escritor estadounidense Raymond Carver [1938-1988].
Ha sido un lujo: nueve personas (dos más que en nuestra otra cita) quedando un viernes por la tarde para pasar un rato juntxs, tomar un café o una infusión y charlar sobre un libro. El libro de Carver es una maravilla, y la conversación ha sido una delicia: divertida, interesante, motivadora, a ratos ha habido cierta polémica, puntos de vista diferentes, apreciaciones diversas sobre los mismos cuentos......
Muchas, muchas cosas en sólo un par de horas.
En fin, que estoy encantado de que ésto que me apetecía tanto haya empezado a rodar.

Y ya tenemos tarea para la próxima reunión: Americanah [2013] de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie [1977- ].
Fotos: Bob Adelman y Karen Jackson.

viernes, 20 de marzo de 2015

En la calle

Estos últimos meses han sido durísimos. En el banco me han hecho la vida imposible hasta conseguir que me fuera: presiones y traiciones de quienes trabajaban codo a codo conmigo, de mi propio equipo. Una violencia gratuita que no he podido soportar por más tiempo. Así que vuelvo a estar sin trabajo, en la calle.
Espero que a pesar de todo se haga justicia. Para evitar tejemanejes malintencionados he preferido acogerme al turno de oficio. Ojalá el abogado o la abogada que se encargue de mi defensa sea capaz de probar que no tuve nada que ver con las extrañas maniobras que la acusación asegura que se hicieron en el banco mientras yo lo presidía...

Manjirón, julio de 2014.

jueves, 19 de marzo de 2015

Muerte en el olvido

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees 
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
                      Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

Ángel González [1925-2008].

miércoles, 18 de marzo de 2015

martes, 17 de marzo de 2015

BNE

La semana pasada estuve de visita en la Biblioteca Nacional. Siempre había tenido la idea de que era un sitio hermético cuyo acceso estaba reservado sólo para unos pocos eruditos e iniciados. Me habían contado que desde hace un tiempo no es así y de hecho creo que uno de sus objetivos (no sé cómo de recientes) es tratar de abrir sus puertas a la gente "normal" que quiera conocer lo que alberga.
Por ejemplo, el trámite para conseguir el carné de la biblioteca se puede hacer en un momento allí mismo, sólo presentando el DNI si quieres ser lector, y alguna documentación extra si quieres el de investigador.

Cuando fui el miércoles pasado, tuve la suerte de que una amiga que trabaja allí me ofreciera una "visita guiada" por el edificio para enseñarme las diferentes salas de lectura y contarme cómo funciona la biblioteca. Me llevaba y me traía por pasillos, escaleras y ascensores, y tuve la sensación de estar en un lugar demasiado laberíntico, poco intuitivo para moverte por él.
Unos días antes, cuando hablamos de vernos allí, me había preguntado si me gustaría ver los depósitos. Le dije que por supuesto que sí. Así que pedimos permiso y me llevó por algunas de las salas en las que se guardan los miles y miles y miles de libros que hay en la biblioteca.
Son muchos pisos, con innumerables pasillos, en los que hay cientos de metros de estanterías llenos de libros. Cuando te mueves entre ellos tienes la sensación, muy real aunque sepas que no es cierta, de que allí está todo.
Ante mi sorpresa, me explicaron que los libros no están ordenados por temas, por autores, por fechas, o por algún otro criterio que pueda ser más o menos razonable: los libros se ordenan por "orden de llegada". Después del 23954 viene el 23955 y luego el 23956... No importa de qué hable cada uno de ellos: informática, sexualidad, fontanería, religión, alpinismo, jardinería o literatura...
Así que al asombro que produce la cantidad se añade la sorpresa de ir mirando los lomos de cada uno y preguntarte qué vas a encontrar en el siguiente.

Fue una visita fascinante. ¡Gracias!

También, claro, hay un lado oscuro que sólo he vislumbrado, aunque es fácil de imaginar: al llegar me recibió un tipo en la puerta que me dio un panfleto en el que se protestaba por las condiciones laborales de la biblioteca, y leo y me cuentan que el presupuesto está reducido casi a la mitad, que hay montones de documentos, prensa, etc. que se están deteriorando sin que se escaneen ni se haga nada con ellos, que hay equipos que no se reponen, que disminuye el personal, que vienen investigadores de otros países que se lamentan de que no seamos conscientes de lo que se almacena en esas salas...
Por desgracia nada que sorprenda en estos tiempos: la cultura, la ciencia o la educación siguen a la cola de las prioridades de nuestros gobiernos.

lunes, 16 de marzo de 2015

domingo, 15 de marzo de 2015

Carne de lector

Desde la semana pasada tengo un documento en el que dice oficialmente, con sellos, firmas, números y fecha de caducidad, que soy carne de lector.
¡Mola!
Tiene su cosa que la mismísima BNE prescinda de las tildes en sus carnés...
;o)

sábado, 14 de marzo de 2015

Deambular

Creo que no podría mantener la salud ni el ánimo sin dedicar al menos cuatro horas diarias, y habitualmente más, a deambular por bosques, colinas y praderas, libre por completo de toda atadura mundana. Podéis decirme, sin riesgo: "Te doy un penique por lo que estás pensando"; o un millar de libras. Cuando recuerdo a veces que los artesanos y los comerciantes se quedan en sus establecimientos no sólo la mañana entera, sino también toda la tarde, sin moverse, tantos de ellos, con las piernas cruzadas, como si las piernas se hubieran hecho para sentarse y no para estar de pie o caminar, pienso que son dignos de admiración por no haberse suicidado hace mucho tiempo.
[...] No sé cómo lo soportan las mujeres, que están aún más recluidas en casa que los hombres; aunque tengo motivos para sospechar que la mayor parte de ellas no lo soporta en absoluto.

Del librito Caminar [1862] de Henry David Thoreau [1817-1862].

viernes, 13 de marzo de 2015

jueves, 12 de marzo de 2015

Este papeleo...

No pude pegar ojo en toda la noche y hoy estoy fatigado y abatido como si me hubieran dado una paliza; sin embargo, como ya tengo aquí el montón de cuartillas que pedí al director, y como del aplanamiento en que me hundo no de otra manera me es posible salir si no es emborronando papel y más papel, voy a ver de empezar de nuevo, de coger otra vez el hilo del relato y de dar un empujón a estas memorias para ponerlas en el camino del fin. Veremos si me encuentro con fuerzas suficientes, que buena falta me harán. Cuando pienso en que de precipitarse un poco más los acontecimientos, mi narración se expone a quedarse a la mitad y como mutilada, me entran unos apuros y unas prisas que me veo y me deseo para dominarlos porque pienso que si escribiendo, como escribo, poco a poco y con los cinco sentidos puestos en lo que hago, no del todo claro me ha de salir el cuento, si éste lo fuera a soltar como en chorro, tan desmañado y deslavazado habría de quedar que ni su mismo padre -que soy yo- por hijo lo tendría. Estas cosas en las que tanta parte tiene la memoria hay que cuidarlas con el mayor cariño porque de trastocar los acontecimientos no otro arreglo tendría el asunto sino romper los papeles para reanudar la escritura, solución de la que escapo como del peligro por eso de que nunca segundas partes fueran buenas. Quizás encuentre usted presumido este afán mío de que las cosas secundarias me salgan bien cuando las principales tan mal andan, y quizás piense usted con la sonrisa en la boca que es mucha pretensión por parte mía tratar de no apurarme, porque salga mejor, en esto que cualquier persona instruida haría con tanta naturalidad y como a la pata la llana, pero si tiene en cuenta que el esfuerzo que para mí supone llevar escribiendo casi sin parar desde hace cuatro meses, a nada que haya hecho en mi vida es comparable, es posible que encuentre una disculpa para mi razonar.
Las cosas nunca son como a primera vista las figuramos, y así ocurre que cuando empezamos a verlas de cerca, cuando empezamos a trabajar sobre ellas, nos presentan tan raros y hasta tan desconocidos aspectos, que de la primera idea no nos dejan a veces ni el recuerdo; tal pasa con las caras que nos imaginamos, con los pueblos que vamos a conocer, que nos los hacemos de tal o de cual forma en la cabeza, para olvidarnos repentinamente ante la vista de lo verdadero. Esto es lo que me ocurrió con este papeleo, que si al principio creí que en ocho días lo despacharía, hoy -al cabo de ciento veinte- me sonrío no más que de pensar en mi inocencia.

De la novela La familia de Pascual Duarte [1942] del escritor español, premio Nobel de Literatura en 1989, Camilo José Cela [1916-2002].

miércoles, 11 de marzo de 2015

Inventario de lugares propicios al amor

Son pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos
en algunas ciudades
ya de por sí amarillas
como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios: 
quicios de puertas orientadas al norte, 
orillas de los ríos,
bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias
dejan a veces huecos
utilizables aunque caiga nieve.
Pero desengañémonos: las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscriben
la caricia (con exenciones epidérmicas
-sin interés alguno-
en niños, perros y otros animales)
y el "no tocar, peligro de ignominia"
puede leerse en miles de miradas.
¿A dónde huir entonces?
Por todas partes ojos bizcos,
córneas torturadas,
implacables pupilas,
retinas reticentes,
vigilan, desconfían, amenazan.
Queda quizá el recurso de andar solo,
de vaciar el alma de ternura
y llenarla de hastío e indiferencia, 
en este tiempo hostil, propicio al odio.

De Tratado de urbanismo [1967] del poeta español Ángel González [1925-2008].

martes, 10 de marzo de 2015

Aburrimientoooooo

Con lo muchísimo que me gusta la novela El nombre de la rosa y lo muchísimo que la disfruto cada vez que la leo y la releo, es increíble lo muchííííííísimo que me estoy aburrieeeeendooo leyendo Baudolino, también de Umberto Eco [1932- ].
¡Ay!

lunes, 9 de marzo de 2015

gente que lee (29)

Hace añísimos, creo que yo debía andar en la facultad, descubrí, supongo que de forma más o menos fortuita como son tantos otros descubrimientos felices, a Charles Bukowski [1920-1994]. Durante una época, más o menos durante esos años de universidad, leí muchos de sus cuentos y sus novelas. (Casi nada de su poesía... siempre me ha costado leer poesía...)
De algún modo me fascinó esa mezcla de vida ruinosa, sensibilidad, desvergüenza, sexualidad, timidez encubierta y tantas otras cosas.

En esos años solía ir siempre (o casi) a comprar libros al mismo sitio: una pequeña librería de barrio que estaba cerca de Goya y que me había recomendado una amiga. Me gustaba ir por allí a mirar, a veces a comprar, y de vez en cuando a preguntarle al librero, que creo que se llamaba Enrique o quizá Emilio, qué me recomendaba.
Recuerdo que un día me llevé un libro de Bukowski y mientras lo iba hojeando en el metro de vuelta a casa descubrí que estaba mal impreso y le faltaban varias páginas. Un par de días después volví a la librería y se lo conté preguntándole si tenía algún ejemplar que estuviera bien. Él me dijo que sí y que por supuesto que me lo cambiaba sin ningún problema.
Cuando me daba el nuevo se paró un momento fijándose en la portada del libro fallido, sonrió y me dijo que bueno, siendo de Bukowski no importaba tanto que le faltaran unas cuantas páginas, que al fin y al cabo en todo lo que escribía contaba siempre lo mismo, y riendo me decía que en sus libros igual podían entrar unas páginas más que quitar unas cuantas y el resultado seguiría siendo siempre parecido: un polvo, un par de cervezas, una vomitona, alguna paja, más cervezas... y vuelta a empezar.
Le agradecí el cambio y salí de la librería pensando, y con los años he ido estando cada vez más convencido de ello, que en Bukowski hay mucho más que sexo cutre y alcohol barato...
El documental  Born into this [2003], sobre su vida y su obra, es una buena prueba de ello. La imagen de arriba, es uno de los fotogramas de esa película, en el que el escritor lee, emocionado, su poema The shower.

Hoy, 9 de marzo, hace 21 años de su muerte.

domingo, 8 de marzo de 2015

Leer para quien no puede leer

Hace unos días conté aquí que, por primera vez, alguien me había pagado por leer varias novelas. (Bueno, no sólo por leerlas, sobre todo por preparar exámenes y guías de lectura sobre ellas). Ha sido divertido. Y aunque alguna de ellas no era precisamente una gran novela, y menos estando destinada a público infantil y juvenil, otras ha sido interesante leerlas (o releerlas).

Dándole vueltas a esto de los posibles trabajos relacionados con libros y lecturas, he vuelto a pensar en un trabajo al que he dado vueltas con frecuencia y que creo que me gustaría mucho hacer: leer para quien no puede leer. Ser "lector por horas" para personas que por algún motivo no lo pueden hacer por sí mismas por enfermedad, por problemas de visión, etc.

Ahí queda.

sábado, 7 de marzo de 2015

Yo, señor, no soy malo...

Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya.

Comienzo de la novela La familia de Pascual Duarte [1942] de Camilo José Cela [1916-2002].

jueves, 5 de marzo de 2015

Acción ortográfica

Acción ortográfica: desde Quito luchando por vivir en un mundo mejor... un mundo sin faltas de ortografía...

miércoles, 4 de marzo de 2015

martes, 3 de marzo de 2015

Mini jobs

En estos últimos años he hecho muchos mini jobs. Algunos de ellos han estado relacionados con libros y lecturas, unos remunerados y otros por amor al arte: he maquetado tesis doctorales y algún libro, he corregido varios libros de texto, he revisado artículos y capítulos de libros, una foto mía ha sido usada para una portada, colaboré con Vero en Nicaragua pensando qué libros incluir en varias bibliotecas escolares...

No sé si me dejo algo...

La semana pasada me propusieron hacer varios exámenes y guías de lectura de unos cuantos libros para grupos de ESO y Bachillerato: creo que es la primera vez que cobro por leer novelas...
¡No está nada mal!
;o)))

lunes, 2 de marzo de 2015

Libros que crecen

[...] Los escritores, por lo común, corregimos las pruebas de nuestras primeras ediciones y a veces, ni eso. Las que siguen las dejamos al cuidado de los editores quienes, quizá por aquello de su conocida adición al noble y entretenido juego del pasabola, delegan en el impresor, el que se apoya en el corrector de pruebas que, como anda de cabeza, llama en su auxilio a ese primo pobre que todos tenemos quien, como es más bien haragán, manda a un vecino. El resultado es que, al final, el texto no lo reconoce ni su padre: en este caso, un servidor de ustedes. Los libros, con frecuencia, mejoran con esa gratuita y tácita colaboración, pero los autores rara vez nos avenimos a reconocerlo y solemos preferir, quizás habitados por la soberbia, aquello que con mejor o peor fortuna habíamos escrito.
A veces pienso que escribir no es más que recopilar y ordenar y que los libros se están siempre escribiendo, a veces solos, incluso desde antes de empezar materialmente a escribirlos y aun después de ponerles su punto final. La cosecha de las sensaciones se tamiza en la criba de mil agujeros de la cabeza y cuando se siente madura y en sazón, se apunta en el papel y el libro nace. Lo que sucede es que el libro, después de nacer, sigue creciendo -armónico o desordenado- y evolucionando: en la cabeza de su autor, en la imaginación o en el sentimiento de los lectores y, por descontado, en las páginas de sus ulteriores ediciones. Estos crecimientos no son de la misma substancia, bien es verdad, pero todos le hacen crecer. [...]

De la introducción de Camilo José Cela [1916-2002], premio Nobel de Literatura en 1989, a la edición definitiva de 1960 de su novela La familia de Pascual Duarte [1942].

domingo, 1 de marzo de 2015

La antigua Biblos

Desde hace ya algún tiempo, cada más o menos tres semanas, cuelgo una referencia a blogs que me gustan relacionados de algún modo con libros y lecturas. Así, de momento, han ido apareciendo por aquí Un libro al día, la Revista Babar, cuatroESCALONES, Atacama y La Pulga.

Hace unos días me llegó un mail con la recomendación de que visitara La antigua Biblos, un blog de reseñas de libros, que quien me escribía me aseguraba que me iba a gustar.

Entré, eché un vistazo, efectivamente me gustó, me suscribí para recibir en mi correo las nuevas entradas, decidí que iba a ser el siguiente blog que iba a referenciar aquí y lo anoté en mi lista de "entradas pendientes".

Es un blog interesante. Me recordó un poco a Un libro al día, en el sentido de que casi todas las entradas son reseñas de libros y que, aquí también, todos los días hay alguna entrada. A veces más de una.
Y también, como aquel, es un blog hecho en colaboración. En este caso no es un equipo sino una persona quien lo coordina y mantiene, pero está abierto a quien quiera colaborar enviando sus reseñas. Eso hace que haya muchas opiniones, gustos y criterios diferentes. Las "reglas" para colaborar son pocas y sencillas, muy asumibles. En fin, un sitio que creo que merece la pena seguir.

Unos días después, de forma bastante inesperada, recibí dos mensajes a la vez de La antigua Biblos.
Uno de ellos era del propio Antonio F. Rodríguez, el bloguero que lo mantiene, diciéndome que le había gustado mucho mi Capítulo VI y que esperaba que no me pareciera mal que se hubiera tomado la libertad de colgar una entrada sobre él.
El otro mail era el aviso de suscriptor de ese día para visitar esa entrada: una presentación preciosa, que me encantó y me emocionó, de este blog que llevo ya más de un añito manteniendo sobre cosas que leo y cosas que escribo.

Si en algún momento hay poquitas rayitas de batería para seguir haciendo estas cosas, cuando recibes mensajes así, sin ninguna duda las pilas se recargan de golpe...

¡Gracias!

Seguimos...