Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro -entre sí decía-
más pobre y triste que yo?
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
Fragmento de La vida es sueño [1635] de Pedro Calderón de la Barca [1600-1681].
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