He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

viernes, 9 de septiembre de 2016

Mediocridad

Es cierto que, en mi juventud, las elecciones eran muy poco interesantes; la mediocridad de la "oferta política" era incluso sorprendente. Un candidato de centroizquierda era elegido, por uno o dos mandatos según su carisma individual, y oscuras razones le impedían llevar a cabo un tercero; luego la población se hartaba de ese candidato y más generalmente del centroizquierda, se observaba un fenómeno de alternancia democrática y los votantes llevaban al poder a un candidato de centroderecha, a ése también por uno o dos mandatos, en función de su propia naturaleza. Curiosamente, los países occidentales estaban extremadamente orgullosos de ese sistema electoral que, sin embargo, no era mucho más que el reparto de poder entre dos bandas rivales, y llegaban incluso a declarar guerras para imponerlo a países que no compartían su entusiasmo.

He encontrado este párrafo hace unos días leyendo la novela Sumisión [2015] de Michel Houellebecq [1956- ]. Parece especialmente pertinente en estos tiempos de políticas inciertas (y políticxs mediocres) que vivimos en España...

(Por cierto, la novela tiene algunas cosas que personalmente me chirrían un poco, pero me ha parecido muy recomendable.)

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