Me dices que en estos momentos no te apetece sentir sobre tu persona la mirada de la gente que te quiere. De hecho, los ojos de la gente que nos quiere son difíciles de soportar cuando estamos pasando por trances difíciles. Pero es un escollo que se supera rápidamente. Los ojos de la gente que nos quiere pueden ser, al juzgarnos, sumamente límpidos, misericordiosos y exigentes; y aunque pueda ser duro, en última instancia resulta saludable y beneficioso para nosotros afrontar la claridad, la exigencia y la misericordia.
De la novela Querido Miguel [1973] de la escritora italiana Natalia Ginzburg [1916-1991].
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