He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

viernes, 5 de diciembre de 2014

Pena, tristeza y felicidad

Un exceso de pena es paralizante mientras que un grado moderado de tristeza es bueno para la literatura. Lo peor es la felicidad completa, pues el satisfecho no pierde el tiempo en fantasear situaciones que mejoren una realidad que ya lo contenta.

Lo acabo de leer en el capítulo dedicado a Borges de Libros malditos, malditos libros, de Juan Carlos Díez Jayo.

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