He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

sábado, 20 de diciembre de 2014

El tratado

Entonces los caballeros sacaron por fin sus estilográficas y firmaron el tratado. ¡Los animales habían vencido!
El tratado que firmaron los jefes de Estado decía:
"Nosotros, los representantes legítimos de todos los países de la tierra, nos comprometemos, con vida y hacienda, a llevar a cabo lo siguiente: 1.-Se suprimen todos los puestos fronterizos y todas las guardias fronterizas. No hay más fronteras. 2.-Se suprime el ejército y todas las armas de fuego y explosivos. No habrá más guerras. 3.-La policía necesaria para mantener el orden será dotada de arcos y flechas. Debe vigilar sobre todo que la ciencia y la técnica estén exclusivamente al servicio de la paz. No habrá más ciencias asesinas. 4.-El número de oficinas, funcionarios y archivadores de documentos será reducido al mínimo imprescindible. Las oficinas están al servicio de la gente, no al revés. 5.-Los funcionarios mejor pagados serán en el futuro los maestros. La tarea de educar a los niños para hacer de ellos verdaderas personas es la más alta y la más difícil. El objetivo de la auténtica educación debe ser: ¡Fuera la pereza de corazón!".
Como hemos dicho, esto lo firmaron todos los jefes de Estado.

De la novela infantil La conferencia de los animales, del escritor alemán Erich Kästner [1899-1974].

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