He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

miércoles, 12 de octubre de 2016

¿Lees?

Advertí un libro abandonado en una mesa, y me pasmó aquel descubrimiento en una región poblada por analfabetos; hacía una eternidad que no tocaba las páginas de un libro. Me acerqué enseguida, pero el resultado fue más bien decepcionante: era un catálogo de colores de tejidos, editado por una fábrica de tintes.
–¿Lees? –le pregunté.
–No mucho –me respondió ella sin ningún complejo–. Pero no me toméis por idiota, me gusta mucho charlar con la gente que sabe leer y escribir, jóvenes de la ciudad. ¿No os habéis fijado? Mi perro no ha ladrado cuando habéis entrado, conoce mis gustos.

De Balzac y la joven costurera china [2001] de Dai Sijie [1954], la novela que estamos leyendo para la próxima quedada de nuestro Club de Lectura Serrano.

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