¡Cuántos coches he comprado! Pero ¿se puede ser más cretino? Lo único que lamento es no haber guardado la documentación. Podría hacer un gran cuadro, con mi fotografía al lado de cada uno de los coches que he tenido, quizá para mostrarles a mis nietos, si es que llego a tenerlos, lo cretino que era su abuelo.
"Vale -diréis-, pero ¿Qué nos importan a nosotros todas esas tonterías que cuentas de los coches?" Tengo que hablar de mí, ¿no?, y grandes cualidades que exponer no tengo, así que hablo también de mis pequeños defectos, de mis pequeñas flaquezas.
De Sí, ya me acuerdo... [1996], la autobiografía de Marcello Mastroianni [1924-1996].
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