He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

sábado, 7 de noviembre de 2015

Sólo hay que tener ganas de buscar...

—¿Y por qué os falta inteligencia?... ¡Porque no arrancáis de un verdadero punto!... ¡No leéis libros, y para lo tocante a lo escrito, no tenéis ningún sentido!... ¡Si al menos cogierais un librejo, os sentarais y leyerais!... ¡Seguro que sois alfabetos y que comprendéis lo que está impreso!... ¡Tú, por ejemplo, Mischka, si cogieras un libro y leyeras..., sería un gran provecho para ti y de mucho gusto para los demás!... ¡En los libros, sobre todo, hay una extensión muy grande!... Allí verás que te hablan de la Naturaleza, de lo divino, de los países terrestres!... ¡De que si esto se hace, de lo otro..., de las diversas gentes que hay..., de los idiomas que hay!... También del paganismo. ¡Sobre todas las cosas encontrarás tema en los libros..., solo que hay que tener ganas de buscarlas!... Pero vosotros..., ahí os estáis sentados junto a la estufa, sin hacer más que zampar y beber!... ¡Exactamente como bestias!... ¡Puf!... 

Del cuento Un dvornik inteligente, publicado en 1883, de Antón Chéjov [1860-1904].

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