He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

jueves, 11 de febrero de 2016

Real Madrid

Es el 30 de julio de 2666. Ya no existen naciones sobre la Tierra, ni estructuras políticas complejas.
Los estados fueron sustituidos por clubes de fútbol.
Acabaron las guerras, acabó el hambre. El fútbol se reveló como el destino perfecto y final de la historia. Muchos equipos sucumbieron.
Sucumbieron el Barcelona y el Atlético de Madrid y el Athlétic de Bilbao. 
Pero hoy es la final del campeonato del mundo. No se enfrentan países sino clubes. Me llamo Curtis Cervantes y soy el delantero centro del Real Madrid.
Honramos en nuestra memoria a todos los espectadores de la historia que en algún momento de sus vidas presenciaron el juego perfecto del Real Madrid. A través del tiempo hemos pervivido. Somos supervivencia. Y en esa supervivencia, sobreviven millones y millones de vidas de quienes fueron nuestros seguidores, nuestro público, ya bajo tierra.
Que contra quién jugamos esta tarde: contra nadie.
El Real Madrid es lo único que existe.
Jugamos contra nosotros mismos.
Somos lo único que ha quedado en pie: el pie, el blanco pie de un rinoceronte blanco.

Del libro de cuentos Setecientos millones de rinocerontes [2015] de Manuel Vilas [1962- ].

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