He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

martes, 28 de febrero de 2017

Apenas dormí

Apenas dormí. Me preguntaba por qué no me había llevado más que un cuarto de hora contarle todos los años de mi vida. Sin embargo, estaba seguro de no haber olvidado nada. Entonces, ¿qué había hecho con todo aquel tiempo? ¿Qué había sido de él? ¿Y por qué ya sólo quedaban unos cuantos minutos aburridos? Cuando llegase el momento de ver la película de mi vida, no sería muy larga, pensé, sobre todo si la pasaban a cámara rápida. Nada más acomodarme, sin ni siquiera haber tenido tiempo de comprarme un polo, ya habría acabado la sesión. Me pasé toda la noche pensando en este tipo de cosas. Los techos y las paredes crujían.

De la decepcionante novela Qué hago aquí, sentado en el suelo [2003] de Joël Egloff [1970 - ].

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