Y, además, no debes pensar que las clases son lo más importante para un estudiante, ni que la taberna es sólo un lugar donde se pierde el tiempo. Lo bueno del studium es que aprendes, sí, de los maestros, pero aún más de los compañeros, sobre todo de los que son mayores que tú, cuando te cuentan lo que han leído, y descubres que el mundo debe de estar lleno de cosas maravillosas y que para conocerlas todas, visto que la vista no te bastará para recorrer toda la tierra, no te queda sino leer todos los libros.
De la novela Baudolino [2000] del escritor italiano Umberto Eco [1932- ].
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