He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

martes, 9 de septiembre de 2014

El miedo y los superventas

La catástrofe está a punto de pasar. Tal vez no será hoy ni mañana pero sabes que es inminente. No conoces la identidad de quién la ejecutará ni por qué. Hace tanto tiempo que tienes miedo que ya no recuerdas exactamente a qué temes. No es a nada. Es a todo. Tu vecino no es de fiar y estás seguro de que tu amigo está a punto de apuñalarte por la espalda. Probablemente pierdas tu empleo. Probablemente suspendas el examen. No enfades a tu jefe. No enfades a tu profesor. No armes bronca. Sólo hay una forma de retrasar que las calamidades te exploten en la cara y sabes muy bien que es cerrando la boca. Cuando tengas el agua hasta el cuello, ni te muevas.
La amenaza, el coscorrón y la invitación al miedo son los recursos más utilizados por los expertos en amaestrar ciudadanos y domesticar ideales. Bien sabe el poder que el terror es la mejor arma de control. Bien sabe el poder que la porra no llega tan lejos como el miedo a la porra.
[...]
Una de las características más relevantes de los superventas es que son ideológicamente estériles. Esta virtud es la que les hace imprescindibles en un sistema que basa su supervivencia en la desinformación, la pasividad y la distracción.

Del libro sobre cultura libre Copia este libro [2005], de David Bravo Bueno [1978- ], descargable desde aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario