He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

domingo, 5 de agosto de 2018

Tostadas crujientes

La camarera trae la ensalada de pollo y las tostadas. Vuelve a llenar de café recién hecho la taza de Mari. Y comprueba si ha traído todo lo que le han pedido. Él echa mano del tenedor y el cuchillo y empieza a comer la ensalada de pollo con movimientos expertos. Luego toma en la mano una tostada y se la queda mirando de hito en hito.
Frunce el ceño.
-Por mucho que insista en que quiero las tostadas muy crujientes, jamás, ni una sola vez, me las han traído tal como las he pedido. No lo entiendo. Si sumamos la laboriosidad japonesa a la cultura de la alta tecnología y a los principios del mercado que sigue Denny's, no tendría por qué serles tan difícil hacer una tostada muy crujiente. ¿No te parece? ¿Cómo es posible que no lo logren? ¿Y qué valor tiene una civilización incapaz de hacerle a uno las tostadas tal y como las pide?

De la novela After Dark [2004] del escritor japonés Haruki Murakami [1949- ].

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