He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

jueves, 13 de abril de 2017

Quinta sugerencia

Enseña a Chizalum a leer. Enséñale el amor por los libros. La mejor manera de hacerlo es mediante el ejemplo. Si te ve leyendo, comprenderá que leer es valioso. Si no fuera a la escuela y sólo leyera libros, posiblemente sabría más que un niño educado de manera convencional. Los libros la ayudarán a entender el mundo y cuestionárselo, la ayudarán a expresarse y la ayudarán en aquello en lo que quiera convertirse: una chef, una científica, una cantante, todas ellas se benefician de lo que se aprende leyendo. No me refiero a libros de texto. Hablo de libros que no tengan nada que ver con el colegio, autobiografías, novelas y cuentos. Si todo lo demás falla, págale para que lea. Recompénsala. Conozco a una nigeriana notable, una madre soltera que está criando a su hijo en Estados Unidos; a su niña no le gustaba leer, así que decidió pagarle cinco centavos por página. Una empresa cara, bromeaba después, pero una inversión que merece la pena.

Del librito Querida Ijeawele, cómo educar en el feminismo, que acaba de publicarse en español hace sólo unas semanas, de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie [1977].
Un libro magnífico, sencillo, obvio, imprescindible, muy, muy recomendable.

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