Jinx con estatua, Florencia, 1951.
Fotografía de Ruth Orkin [1921-1985].
He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]
viernes, 31 de julio de 2015
jueves, 30 de julio de 2015
Acaso
Me dicen que hoy es jueves.
La pequeña certeza
no la confirma nada:
ni el sol en los cristales
-débil y desteñido-,
ni la brisa que mece
borrosas ramas, lejos,
ni la lenta pereza
pesarosa
con la que me dispongo a ver qué pasa.
Salgo a la calle, y miro
sin comprender.
¿Qué tienen esos rostros
que no sea concebible cualquier martes?
El perro que olisquea la acacia desvaída,
¿no es el perro de ayer, por desventura?
Otros son los que insisten.
Me dicen que hoy es jueves.
Ángel González [1925-2008]
La pequeña certeza
no la confirma nada:
ni el sol en los cristales
-débil y desteñido-,
ni la brisa que mece
borrosas ramas, lejos,
ni la lenta pereza
pesarosa
con la que me dispongo a ver qué pasa.
Salgo a la calle, y miro
sin comprender.
¿Qué tienen esos rostros
que no sea concebible cualquier martes?
El perro que olisquea la acacia desvaída,
¿no es el perro de ayer, por desventura?
Otros son los que insisten.
Me dicen que hoy es jueves.
Ángel González [1925-2008]
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miércoles, 29 de julio de 2015
Oficio de palabras
Rescatando palabras, pequeñas islas de lucidez o de ternura,
sonidos, sílabas, donde aún late un poco de vida.
Recatando palabras, de las siglas y las consignas,
de los editoriales de los periódicos,
de los anuncios de radio y televisión,
de las voces muertas y embalsamadas en las pantallas,
de las programadas conversaciones de los ejecutivos
o de los tediosos discursos ministeriales,
de las arengas patrióticas, de los siniestros sermones.
Rescatando palabras para nada,
para cubrir, sin pena ni gloria, un papel en blanco,
una lápida, donde escribir el repetido epitafio.
Oficio condenado, terca miseria del poeta.
Pero a veces, muy pocas, compensan las palabras,
por ejemplo esta mañana, medio dormidos,
cuando sentía tu piel junto a mi piel,
la suave longitud de las piernas,
el rastro de mis manos en tu sexo,
y los dos, en silencio, creamos un idioma.
Del poeta español Juan Luis Panero [1942-2013], incluido en Poesía completa (1968-1996).
sonidos, sílabas, donde aún late un poco de vida.
Recatando palabras, de las siglas y las consignas,
de los editoriales de los periódicos,
de los anuncios de radio y televisión,
de las voces muertas y embalsamadas en las pantallas,
de las programadas conversaciones de los ejecutivos
o de los tediosos discursos ministeriales,
de las arengas patrióticas, de los siniestros sermones.
Rescatando palabras para nada,
para cubrir, sin pena ni gloria, un papel en blanco,
una lápida, donde escribir el repetido epitafio.
Oficio condenado, terca miseria del poeta.
Pero a veces, muy pocas, compensan las palabras,
por ejemplo esta mañana, medio dormidos,
cuando sentía tu piel junto a mi piel,
la suave longitud de las piernas,
el rastro de mis manos en tu sexo,
y los dos, en silencio, creamos un idioma.
Del poeta español Juan Luis Panero [1942-2013], incluido en Poesía completa (1968-1996).
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martes, 28 de julio de 2015
lunes, 27 de julio de 2015
domingo, 26 de julio de 2015
Machado y Matute
Retrato pintado al óleo en diciembre de 1917 por Joaquín Sorolla [1863-1923].
Hoy hace 140 años del nacimiento en Sevilla del poeta Antonio Machado [1875-1939] y 90 del de la novelista y académica Ana María Matute [1925-2014], que murió hace ahora un poquito más de un año.
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma quieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista,
un poco al uso de París pagano,
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras:
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora.
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.
Machado escribió esto hace poco más de un siglo. Era otra época, con otro contexto, con otras ideas, pero quizá nos vendría bien tener ahora unos cuantos Machados... Y unas cuantas Matutes...
Retrato fotográfico realizado por el fotógrafo Pere Formiguera [1952-2013] y perteneciente a su serie Ulls Clucs.
sábado, 25 de julio de 2015
Trueque
Lo vi hace una semana en La infinito, un café - librería de Lavapiés, en Madrid.
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Madrid
viernes, 24 de julio de 2015
Fisiología
Sócrates no escribió jamás una sola palabra. Sin embargo, la filosofía griega se divide y se estudia en dos partes: los Presocráticos, y Sócrates y los grandes filósofos posteriores. Ahí es nada. No cabe la menor duda de que Sócrates es una figura fundamental del pensamiento occidental. Su búsqueda de la verdad, su indagación, mediante el diálogo, sobre la moral, la honestidad, la justicia, el conocimiento del hombre, -partiendo de la asunción del no conocimiento-, le convierten en un ser singular y por supuesto, en un ser peligroso para cualquier tipo de hipocresía, ya sea individual, colectiva, o incluso democrática. Es esa condición insobornable lo que le lleva -tras una larvada inquina incubada durante más de veinte años- a ser acusado por seres insidiosos cercanos al poder, de perversor de la juventud y negador de los dioses oficiales. Esa joven democracia no digería la independencia, agudeza y ética de un hombre íntegro, valiente, irónico, coherente y enfrentado por su actitud a las oscuridades de un sistema democrático dispuesto a devorar a sus más valiosos hijos. ¿Les suena a algo?
De las notas al programa de la obra Sócrates, juicio y muerte de un ciudadano, escritas por su autor y director Mario Gas, estrenada hace unos días en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.
***
Desde hace algún tiempo da la triste sensación de que están acabando con todo. Me refiero a lo que se puede ver cuando uno se asoma un poco a lo que ocurre en las aulas: se reducen año a año las asignaturas de arte, música, filosofía, latín. Mientras se reducen las horas de estas materias se introducen cosas más o menos "exóticas" como economía, o se añaden horas de clase a informáticas, tecnologías, etc.
Hace años que los ministros de educación, tanto de un partido como de otro, eso da igual porque hace décadas que se volvieron indistinguibles, como si fueran uno solo, parecen haberse puesto de acuerdo en que la formación que se imparte en colegios e institutos sea sólo una formación "práctica", signifique eso lo que signifique. Y eso, claro, vuelve "inútiles" materias como la filosofía o el latín.
Creo que el problema no es Wert, que también y que espero que tanta paz haya llevado como paz dejó, ni el nuevo, que ni sé cómo se llama pero vi hace unos días que una de sus primeras acciones ha sido retirar de su despacho un retrato de Unamuno, por si se le pegaba algo sería. El problema creo que es que, desde hace siglos, con cualquier gobernante de cualquier signo, bajo reyes o dictadores, no se valora la educación, no es una prioridad, no es importante. Cualquiera puede ponerse en ese puesto y hacer cualquier cosa, sin mucho criterio, o sólo con el suyo propio... y no pasa nada.
Ahí vamos...
***
Hace unos días, hablando con uno de mis alumnos, le pregunté qué asignaturas tenía el próximo curso en la opción que había elegido en bachillerato:
-Matemáticas para humanidades, economía, informática, tecnología industrial, fisiología...
-¿Fisiología? ¿Y qué dais en fisiología?
-No sé de qué va... es el primer año que la tengo... no estoy seguro... creo que se da algo parecido a lo que damos en ética... o algo así... no sé...
-¿Filosofía?
-Sí, eso, filosofía.
¡Seguimos!
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jueves, 23 de julio de 2015
miércoles, 22 de julio de 2015
martes, 21 de julio de 2015
La fábula más corta
Una vez, tres cuentistas hicieron un concurso. Ganaría aquel de los tres que supiera la fábula más corta.
El primer cuentista contó una fábula de cien palabras.
El segundo contó una de cincuenta palabras.
El tercero permaneció callado, sin contar nada.
-Bueno, ¿qué pasa? -dijeron los otros dos-. ¿No dices nada?
-Ya he terminado. Mi fábula se titula: El silencio es oro.
Sus compañeros reconocieron que la suya había sido la fábula más corta y le dieron el premio. Pero no sé cuál fue el premio.
Gianni Rodari [1920-1980].
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lunes, 20 de julio de 2015
Rondó para Beverly
El sábado cerré mis 47 leyendo este mini librito maravilloso de John Berger [1926- ] (escrito en colaboración con su hijo Yves). Una delicia. Creo que todo lo que he leído de Berger me ha encantado. Un tipo sabio. Muy recomendable.
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domingo, 19 de julio de 2015
sábado, 18 de julio de 2015
I would prefer not to
Hace ya unas cuantas semanas que vi esta camiseta en La Central de Callao. Y hace unos días, por fin, la tenían de mi talla, así que me la regalé por mi cumple. Estoy encantado...
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viernes, 17 de julio de 2015
Sócrates en Mérida
El fin de semana pasado estuve en el Festival de Teatro Clásico de Mérida viendo Sócrates, juicio y muerte de un ciudadano. Ha sido uno de mis mini-auto-regalos de cumple de este año...
Ya había estado otra vez en el festival hace años. Debió ser en el 88 ó en el 89. El otro día intenté echar cuentas de cuándo fue y no estoy muy seguro, pero sí recuerdo con quién iba y que la obra que vimos fue Calígula, de Albert Camus [1913-1960].
Me impresionó muchísimo todo: la obra en sí (entonces la verdad es que no había ido mucho al teatro), el espacio (el teatro de Mérida es un lugar que de algún modo sobrecoge simplemente con visitarlo), la fuerza del personaje de Calígula con ese final del espejo que me dejó de piedra.
Desde entonces he tenido ganas de volver, pero por un motivo o por otro nunca ha cuadrado para poder hacer la excursión hasta allí...
Hace un par de sábados me encontré este reportaje en el Babelia de El País en el que se hablaba de la obra, y me dio la impresión de que tenía muuuy buena pinta y que podría ser un muy buen plan para una escapada rápida de verano con Elia.
La cosa ha tenido un punto accidentado porque el mismo sábado por la noche (nos íbamos el domingo por la mañana) estaba lesionado, con un interesante dolor de cadera que me hacía difícil andar y que no parecía muy aconsejable para hacer más de 300 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta en un par de días. Pero finalmente, aunque por la noche llegamos a ofrecer las entradas y la reserva de hotel por si alguien las aprovechaba, el domingo por la mañana me encontraba mejor y decidimos que merecía la pena...
El Teatro Romano de Mérida, en el que se representan las obras del Festival, es un espacio impresionante. Sólo por verlo y "habitarlo" durante unas horas, ya merece la pena ir hasta allí...
Recuerdo que en aquella primera visita que hice al Festival a finales de los ochenta, estuvimos charlando con un señor, que era familiar de una de las personas que íbamos en el grupo, y que había vivido toda su vida en Mérida. Nos contaba que cuando él era pequeño, no tengo ni idea de cuándo sería eso, pero supongo que en los años 20, jugaba en el campo con sus amigos alrededor de las partes del teatro que "asomaban" del suelo. Durante todos estos años me ha gustado pensar en esa imagen del teatro "enterrado", del que asomaban sólo las partes más altas de las gradas, y los niños jugando alrededor.
En la wikipedia he encontrado esta foto del siglo XIX de Jean Laurent [1816-1886], que supongo que se parece mucho al aspecto que tendría el lugar cuando aquel señor que nos contaba la historia jugaba allí de niño.
Hoy, naturalmente, el lugar no tiene nada que ver con ésto. Hay un recinto cerrado al que se accede con tu entrada, y dentro hay una especie de parque temático - cultural - de ocio que incluye el teatro y el anfiteatro. Con su garito nocturno incluido al lado del teatro, para que quien quiera pueda quedarse a tomar un gin-tonic después de haber disfrutado de Sófocles o Aristófanes...
La obra, escrita por Mario Gas y por Alberto Iglesias, y dirigida por el primero, no tiene desperdicio. A partir de los escritos que se conservan sobre Sócrates [470 - 399 a.C.], sobre todo de los Diálogos de su discípulo Platón [427-347 a.C.], han recreado el juicio por el que la ciudad de Atenas condenó a muerte a Sócrates, acusándole de no creer en los dioses y de corromper a la juventud.
La obra es densa, no es cómoda de ver, no es divertida. No te deja despistarte ni un minuto, casi constantemente los actores (seis hombres y una sola mujer, Jantipa, la esposa de Sócrates) se dirigen al público, dándole el papel de jurado en el juicio que se está celebrando en el escenario. Durante poco más de hora y media no te deja distraerte, te obliga a pensar, a seguir los razonamientos y los argumentos de amigos y enemigos del acusado, te hace meterte en esos "interrogatorios" que llenan los diálogos de Platón, en los que Sócrates va arrinconando a sus contertulios para hacerles llegar siempre a donde él quiere...
Y claro, inevitablemente, toda la obra está llena de referencias a la actualidad. No sólo a lo que ocurre últimamente en Grecia. Sino a la actualidad con mayúsculas, a lo que siempre parece ser actualidad desde que Platón escribió sobre ello hace venticuatro siglos: a la honestidad y la corrupción de quienes nos gobiernan, a lo que significa ser justo y ser legal y a la diferencia (más habitual de lo que nos gustaría) entre ambas cosas, a cómo permitimos que gobiernen quienes no son, ni de lejos, los más sabios ni los más buenos...
Supongo, espero, que después de las representaciones en el Festival de Mérida, la obra itinerará por otras ciudades. No se la pierdan. Merece la pena.
Sed buenos. Tratad bien a vuestra familia. Tratad bien a vuestros amigos. Sed felices.
Ya había estado otra vez en el festival hace años. Debió ser en el 88 ó en el 89. El otro día intenté echar cuentas de cuándo fue y no estoy muy seguro, pero sí recuerdo con quién iba y que la obra que vimos fue Calígula, de Albert Camus [1913-1960].
Me impresionó muchísimo todo: la obra en sí (entonces la verdad es que no había ido mucho al teatro), el espacio (el teatro de Mérida es un lugar que de algún modo sobrecoge simplemente con visitarlo), la fuerza del personaje de Calígula con ese final del espejo que me dejó de piedra.
Desde entonces he tenido ganas de volver, pero por un motivo o por otro nunca ha cuadrado para poder hacer la excursión hasta allí...
Hace un par de sábados me encontré este reportaje en el Babelia de El País en el que se hablaba de la obra, y me dio la impresión de que tenía muuuy buena pinta y que podría ser un muy buen plan para una escapada rápida de verano con Elia.
La cosa ha tenido un punto accidentado porque el mismo sábado por la noche (nos íbamos el domingo por la mañana) estaba lesionado, con un interesante dolor de cadera que me hacía difícil andar y que no parecía muy aconsejable para hacer más de 300 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta en un par de días. Pero finalmente, aunque por la noche llegamos a ofrecer las entradas y la reserva de hotel por si alguien las aprovechaba, el domingo por la mañana me encontraba mejor y decidimos que merecía la pena...
El Teatro Romano de Mérida, en el que se representan las obras del Festival, es un espacio impresionante. Sólo por verlo y "habitarlo" durante unas horas, ya merece la pena ir hasta allí...
Recuerdo que en aquella primera visita que hice al Festival a finales de los ochenta, estuvimos charlando con un señor, que era familiar de una de las personas que íbamos en el grupo, y que había vivido toda su vida en Mérida. Nos contaba que cuando él era pequeño, no tengo ni idea de cuándo sería eso, pero supongo que en los años 20, jugaba en el campo con sus amigos alrededor de las partes del teatro que "asomaban" del suelo. Durante todos estos años me ha gustado pensar en esa imagen del teatro "enterrado", del que asomaban sólo las partes más altas de las gradas, y los niños jugando alrededor.
En la wikipedia he encontrado esta foto del siglo XIX de Jean Laurent [1816-1886], que supongo que se parece mucho al aspecto que tendría el lugar cuando aquel señor que nos contaba la historia jugaba allí de niño.
Hoy, naturalmente, el lugar no tiene nada que ver con ésto. Hay un recinto cerrado al que se accede con tu entrada, y dentro hay una especie de parque temático - cultural - de ocio que incluye el teatro y el anfiteatro. Con su garito nocturno incluido al lado del teatro, para que quien quiera pueda quedarse a tomar un gin-tonic después de haber disfrutado de Sófocles o Aristófanes...
La obra, escrita por Mario Gas y por Alberto Iglesias, y dirigida por el primero, no tiene desperdicio. A partir de los escritos que se conservan sobre Sócrates [470 - 399 a.C.], sobre todo de los Diálogos de su discípulo Platón [427-347 a.C.], han recreado el juicio por el que la ciudad de Atenas condenó a muerte a Sócrates, acusándole de no creer en los dioses y de corromper a la juventud.
La obra es densa, no es cómoda de ver, no es divertida. No te deja despistarte ni un minuto, casi constantemente los actores (seis hombres y una sola mujer, Jantipa, la esposa de Sócrates) se dirigen al público, dándole el papel de jurado en el juicio que se está celebrando en el escenario. Durante poco más de hora y media no te deja distraerte, te obliga a pensar, a seguir los razonamientos y los argumentos de amigos y enemigos del acusado, te hace meterte en esos "interrogatorios" que llenan los diálogos de Platón, en los que Sócrates va arrinconando a sus contertulios para hacerles llegar siempre a donde él quiere...
La muerte de Sócrates [1787] del pintor francés Jacques-Louis David [1748-1825]
José María Pou, que es quien interpreta a Sócrates, es un actor enorme. En todos los sentidos. Y él solo llena todo el teatro de Mérida y lo que le pongan por delante. Actúa sin actuar. Habla y gesticula como si estuviera charlando con un grupo de amigos en un bar, como si fuera lo único que sabe hacer y lo hiciera constantemente, todo el tiempo.Y claro, inevitablemente, toda la obra está llena de referencias a la actualidad. No sólo a lo que ocurre últimamente en Grecia. Sino a la actualidad con mayúsculas, a lo que siempre parece ser actualidad desde que Platón escribió sobre ello hace venticuatro siglos: a la honestidad y la corrupción de quienes nos gobiernan, a lo que significa ser justo y ser legal y a la diferencia (más habitual de lo que nos gustaría) entre ambas cosas, a cómo permitimos que gobiernen quienes no son, ni de lejos, los más sabios ni los más buenos...
Supongo, espero, que después de las representaciones en el Festival de Mérida, la obra itinerará por otras ciudades. No se la pierdan. Merece la pena.
Sed buenos. Tratad bien a vuestra familia. Tratad bien a vuestros amigos. Sed felices.
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jueves, 16 de julio de 2015
Marruecos
Ruido, tajín, cuscús, zumo de naranja, té con hierbabuena, pescado, harira, chuparkía, medinas y kasbas, alfombras, babuchas, tiendas, gritos, turistas, limpiabotas, dátiles, hombres en los cafés jugando a las damas y al parchís, petit taxis, grand taxis, ctm, moscas, miel, abejas que se meten en los vasos de té y que andan y vuelan impunemente entre los pasteles, anacardos, almendras, azulejos, banderas y fotos del rey. Más ruido, música, velos, el olor del pescado y de la carne en los mercados, la casquería, las especias, reconocer al cruzar un mercadillo el olor del cuscús de mi madre y de los caracoles de mi abuela, hombres sentados, mirando, fumando, playas, niños, mezquitas, callejones, avenidas, móviles, motillos ruidosas, más turistas, más hombres que miran desde los cafés, mujeres con críos, mujeres con velos a las que sólo se le ven los ojos, mujeres que conducen y fuman y besan y ríen, más banderas y más fotos del rey, banderas y fotos del rey por todas partes, miradas severas, represivas, vigilantes, miradas divertidas, cómplices, con ganas de hablar, de comunicar, manos y pies pintados de gena, chilabas. Más ruido, más música...
Marruecos, mayo de 2008.
Marruecos by Román J. Navarro Carrasco is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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miércoles, 15 de julio de 2015
gente que lee (47)
Miguel de Unamuno [1864-1936] fotografiado leyendo alrededor de 1930.
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martes, 14 de julio de 2015
Decisiones
En el estudio, Athena rompió a llorar. Laura fue a verla y, como era de esperar, enseguida se inició una sucesión de negociaciones:
-¿Quieres ésta, cariño? ¿La amarilla, la azul o la roja? ¿Cuál quieres?
Tú dale una y ya está, pensó Ifemelu. Abrumar a una niña de cuatro años con opciones, dejarle la carga de tomar una decisión, era privarla de la dicha de la infancia. Al fin y al cabo, la edad adulta ya asomaba en el horizonte, y ya tendría entonces que tomar decisiones cada vez más ingratas.
De Americanah [2013] de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie [1977- ].
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lunes, 13 de julio de 2015
La hoguera
Es un asunto muy delicado
el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Sé que han probado su eficacia
los cartuchos del pelotón;
la guinda del tiro de gracia
es exclusiva del paredón.
La guillotina, por supuesto,
posee el chic de lo francés,
la cabeza que cae al cesto,
ojos y lengua de través.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
No tengo elogios suficientes
para la cámara de gas,
que para grandes contingentes
ha demostrado ser el as.
Ni negaré que el balanceo
de la horca un hallazgo es,
ni lo que se estira el reo
cuando lo lastran por los pies.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Sacudir con corriente alterna
reconozco que no está mal:
la silla eléctrica es moderna,
americana, funcional.
Y sé que iba de maravilla
nuestro castizo garrote vil
para ajustarle la golilla
al pescuezo más incivil.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Ayer murió en Zahara de los Atunes, con 71 años, Javier Krahe.
Sit tibi terra levis.
el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Sé que han probado su eficacia
los cartuchos del pelotón;
la guinda del tiro de gracia
es exclusiva del paredón.
La guillotina, por supuesto,
posee el chic de lo francés,
la cabeza que cae al cesto,
ojos y lengua de través.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
No tengo elogios suficientes
para la cámara de gas,
que para grandes contingentes
ha demostrado ser el as.
Ni negaré que el balanceo
de la horca un hallazgo es,
ni lo que se estira el reo
cuando lo lastran por los pies.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Sacudir con corriente alterna
reconozco que no está mal:
la silla eléctrica es moderna,
americana, funcional.
Y sé que iba de maravilla
nuestro castizo garrote vil
para ajustarle la golilla
al pescuezo más incivil.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.
Ayer murió en Zahara de los Atunes, con 71 años, Javier Krahe.
Sit tibi terra levis.
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domingo, 12 de julio de 2015
Jaritos
No hace mucho leí la serie de novelas policiacas del escritor griego Petros Márkaris [1937- ]. Estos días en que se está hablando tanto de Grecia, de su crisis y del referéndum del domingo pasado, me he acordado mucho de las historias del comisario Kostas Jaritos.
Todas las novelas de la serie están ambientadas en estos últimos 15 ó 20 años y los crímenes son una buena excusa en manos de Márkaris para contar cuál es la situación real en Grecia: describe los atascos de Atenas, las condiciones en las que está viviendo alguna gente a consecuencia de lo que está ocurriendo, el sentir de la gente de a pie, la situación de la prensa, de la policía, de empresarios y trabajadores, de los políticos... Leyendo estas novelas en España, son muchas, muchas, muchas cosas las que resuenan y resultan demasiado familiares.
Las primeras novelas de la serie están ambientadas en los noventa, pasan por los primeros 2000, por las olimpiadas de Atenas del 2004 y por el inicio de la crisis, y en la última que se ha publicado el escenario es el de una Grecia que ya ha salido del euro y que trata de recuperarse tras el desastre. Como tantas veces, la literatura, aún siendo ficción, cuenta tan bien o mejor la realidad que la prensa o la historia o la sociología...
Todas las novelas de la serie están ambientadas en estos últimos 15 ó 20 años y los crímenes son una buena excusa en manos de Márkaris para contar cuál es la situación real en Grecia: describe los atascos de Atenas, las condiciones en las que está viviendo alguna gente a consecuencia de lo que está ocurriendo, el sentir de la gente de a pie, la situación de la prensa, de la policía, de empresarios y trabajadores, de los políticos... Leyendo estas novelas en España, son muchas, muchas, muchas cosas las que resuenan y resultan demasiado familiares.
Las primeras novelas de la serie están ambientadas en los noventa, pasan por los primeros 2000, por las olimpiadas de Atenas del 2004 y por el inicio de la crisis, y en la última que se ha publicado el escenario es el de una Grecia que ya ha salido del euro y que trata de recuperarse tras el desastre. Como tantas veces, la literatura, aún siendo ficción, cuenta tan bien o mejor la realidad que la prensa o la historia o la sociología...
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sábado, 11 de julio de 2015
Ande yo caliente y ríase la gente
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno;
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el Príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tanga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.
Busque muy en buena hora
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.
Pase a media noche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.
De Luis de Góngora y Argote [1561-1627], poeta y dramaturgo, de cuyo nacimiento en Córdoba se cumplen hoy 454 años.
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno;
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el Príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tanga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.
Busque muy en buena hora
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.
Pase a media noche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.
De Luis de Góngora y Argote [1561-1627], poeta y dramaturgo, de cuyo nacimiento en Córdoba se cumplen hoy 454 años.
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viernes, 10 de julio de 2015
Algunas veces todos tenemos que llorar
No hubo contestación. Sylvia miró de frente a la muchacha, cosa que hasta ese momento no había sido capaz de hacer. Vio que tenía los ojos cuajados de lágrimas, la cara llena de manchas -con aspecto casi sucio- y que parecía dominada por la angustia.
No hizo nada por evitar la mirada de Sylvia. Apretó los labios contra los dientes, cerró los ojos y se meció de atrás hacia adelante, como si ahogara un aullido. De pronto, para desconcierto de Sylvia, aulló. Aulló, lloró, tragó una bocanada de aire, las lágrimas le rodaron por las mejillas, moqueó y empezó a mirar desesperadamente alrededor en busca de algo para limpiarse. Sylvia salió corriendo y volvió con un puñado de Kleenex.
-Tranquilízate, estás aquí, aquí estás bien -le dijo, pensando que lo que debía hacer era cogerla en brazos.
Pero no tenía ninguna gana de hacerlo y podría empeorar las cosas. La muchacha podría darse cuenta de que Sylvia lo hacía a desgana, de lo incómodo que le resultaba semejante situación.
Carla dijo algo y volvió a decirlo:
-¡Qué barbaridad! ¡Qué barbaridad!
-No, no lo es. Algunas veces todos tenemos que llorar. No pasa nada, no te preocupes.
-Es una barbaridad.
Del relato Escapada, de la escritora canadiense Alice Munro [1931- ], Premio Nobel de Literatura en 2013, que hoy cumple 84 años.
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jueves, 9 de julio de 2015
Poco a poco
Pues la cosa está en marcha. Sin prisa pero sin pausa. Demasiadas incógnitas aún en el aire, pero ahí está el sueño y las ganas. De momento leyendo, buscando, escuchando, planeando...
Y el blog sobre el viaje de Montaigne avanza.
Poco a poco.
Despacito...
Ya veremos... ¿qué sé yo?
De momento... ¡seguimos!
Y el blog sobre el viaje de Montaigne avanza.
Poco a poco.
Despacito...
Ya veremos... ¿qué sé yo?
De momento... ¡seguimos!
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miércoles, 8 de julio de 2015
martes, 7 de julio de 2015
La envidia
Hace añísimos, en un taller de fotografía que impartía Navia al que asistí, nos explicó que un buen criterio para saber cómo de interesante nos parecía una foto, era pensar cuánta envidia te producía no haberla hecho tú.
Me gustó. Y me pareció un criterio aplicable a muchas otras cosas...
Durante estas semanas pasadas he estado leyendo, poquito a poco, sin empacho, sin prisa pero sin pausa, Ochenta y seis cuentos, de Quim Monzó [1952- ].
Me gustó. Y me pareció un criterio aplicable a muchas otras cosas...
Durante estas semanas pasadas he estado leyendo, poquito a poco, sin empacho, sin prisa pero sin pausa, Ochenta y seis cuentos, de Quim Monzó [1952- ].
Lo terminé el domingo, estando aún en Algeciras. Llevo un par de días podrido de envidia...
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lunes, 6 de julio de 2015
La felicidad
La felicidad, ahora puedo recordarlo y contarlo, incluso debo, existe y es pasear de la mano bajo el sol de Madrid, camino del metro, después de haber desayunado tranquilamente, y que al llegar al metro cada uno vaya a tomar una dirección distinta y eso no importe. Porque sabes que esas manos volverán a entrelazarse una semana después, que será así y no será de otro modo, salvo que el destino, Dios, ponga cada uno quien le corresponda, decida de pronto deshacer su propia obra de anudarlas, algo que no puede suceder tan pronto, algo que en el fondo del corazón sabes que no va a ocurrir. La felicidad es separarse y no tener miedo de no volver a verse, despedirse con un beso rápido en el andén y luego viajar sentada en el vagón rumbo a la soledad de tu casa, que desde que existe el otro, y desde que se produjo el encuentro, ya no es una condena, sino otro lugar donde esperar, serena y confiada, la oportunidad de recobrarlo todo, entero y sin menoscabo, mejor aún que en el comienzo, tan sólo una semana después, siete días que, para variar, tendrán uno por uno sentido.
Me he leído, durante estos días de playa y familia, la novela Música para feos [2015] de Lorenzo Silva [1966- ], otra opción interesante de lectura veraniega.
Ha sido mi primer encuentro con Lorenzo Silva, llevaba tiempo queriendo leer algo suyo y por un motivo o por otro lo iba retrasando. A ratos me ha parecido que en la historia hay episodios algo predecibles, quizá algunos un poco tópicos. Pero en general me ha gustado, he encontrado páginas emocionantes, algunas que me han conmovido y que me han dado que pensar... Hay temas que se tocan en el libro, especialmente en la última parte, que me hacían desear una discusión con amigxs delante de unos cafés para debatir un rato y compartir puntos de vista.
[Me entran ganas de contar qué páginas son esas y qué temas me gustaría discutir, pero no me gustaría chafar nada de la historia, así que dejo que quien quiera leerlo, los descubra.]
En definitiva, una buena recomendación para estos días de demasiado calor, que lo que apetece, al menos a algunas horas del día, es sentarse fresquito en casa a leer hasta que se pase la calorina...
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domingo, 5 de julio de 2015
sábado, 4 de julio de 2015
viernes, 3 de julio de 2015
Alguna lectura veraniega...
Me proponen a través del facebook que si me atrevo a hacer algunas sugerencias de lecturas veraniegas: podrías recomendarnos en tu blog alguna lectura veraniega, tipo "leo un poquito, vuelta y vuelta, leo, chapuzón, otro poquito..." pero de las que molan-molan.
Soy tímido para estas cosas por aquello de que quién soy yo para andar dando mi opinión y diciendo qué es interesante y qué no... Pero ahí van unas cuantas propuestas de cosas que he leído durante este año y me han gustado:
Soy tímido para estas cosas por aquello de que quién soy yo para andar dando mi opinión y diciendo qué es interesante y qué no... Pero ahí van unas cuantas propuestas de cosas que he leído durante este año y me han gustado:
- Americanah, una novelaca estupenda, ¡600 páginas!, de Chimamanda Ngozi Adichie.
- Los cuentos de Raymond Carver y de Quim Monzó. Dos de los mejores cuentistas que conozco. Cada uno en su estilo, claro, pero fascinantes ambos.
- Fascinante la biografía de Michel de Montaigne escrita por Stefan Zweig.
- Dos libritos un poco cerebrudos pero que me han dejado loco: Bartleby, el escribiente, de Herman Melville y Bartleby y compañía, de Enrique Vila-Matas.
- De cuento y novela infantil y juvenil, dos descubrimientos que he hecho este año: Achim Bröger y Gianni Rodari.
- Los microrrelatos de La glorieta de los fugitivos, de José María Merino.
- Y dos cositas más. Un clásico, El satiricón de Petronio, y un librito perfecto para verano o para invierno o para cualquier momento del año, Caminar de Henry David Thoreau.
De nada.
;o)
Que disfruten...
jueves, 2 de julio de 2015
miércoles, 1 de julio de 2015
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