He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

viernes, 28 de marzo de 2014

La mirada

Recuerdo el año que estuve viviendo en Nueva York, compartiendo casa con otros cinco profesores españoles que, como yo, impartían clases en institutos de Secundaria. A la hora de la cena hablábamos de la ciudad, y yo tenía la sensación de que vivíamos en cinco ciudades diferentes, a pesar de que teníamos todos la misma edad, el mismo trabajo y el mismo lugar de origen. Puede que existan ocho millones de ciudades que comparten un mismo nombre, Nueva York; una para cada uno de sus habitantes. Pero además estoy convencido de que ahora la misma ciudad ya es otra, porque aun siendo la misma, yo no la podré ver con los mismos ojos. La escritura refleja lo real porque es subjetiva. Nueva York, Barcelona o Albacete solo existen como y cuando las miramos. 

Del libro Escribir de Enrique Páez [1955- ].

Magnífico.

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