En la lucha de poder que a veces se da, sucede que algunas mujeres riñen por las mujeres anteriores. Su lucha es, en realidad, la que no pudieron sostener ante sus hombres las mujeres que las precedieron. En algunas culturas, incluso se les negó el estatuto de seres humanos en igualdad de condiciones. Y fueron controladas y sometidas, de manera que cuando miramos al pasado, cuando cada mujer mira hacia atrás, más allá del tiempo de su vida, seguramente encuentra a muchas otras mujeres que sufrieron en manos de los hombres, que se sintieron sometidas, humilladas o no respetadas, que tuvieron que sacrificarse y engañar y que no vivieron al hombre como un amigo en quien confiar, sino todo lo contrario. Y también muchos hombres, cuando miran atrás, encuentran a otros hombres que no pudieron estar en paz ni sentirse confiados con las mujeres, que lucharon contra ellas, o las dañaron con su soberbia y autoritarismo, y por ello se sienten afectados por una culpa que no les pertenece. Por eso, cuando los hombres pueden reconocer y respetar la culpa de los hombres anteriores, y las mujeres pueden reconocer y respetar el enojo de las mujeres anteriores, pueden verse unos a otras, y viceversa, desde un lugar más actualizado. Y, desde ahí, empezar a confiar.
Del libro El buen amor en la pareja [2013], de Joan Garriga [1957- ].
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