He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]
lunes, 31 de julio de 2017
Antoine
Hoy se cumplen 73 años de la desaparición en el Mediterráneo del avión que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry [1900-1944], escritor francés, autor, entre otras obras, de El Principito [1943].
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domingo, 30 de julio de 2017
Carta al hijo
Querido Franz:
«He sabido, por tu madre, que me escribiste una larga carta de reproche en la que registrabas el aborrecimiento que te causa mi presencia. No necesito leer esas líneas ingratas, esas quejas hirientes, esas difamaciones para sentirme miserable e indefenso como un perro ante las pulgas. Me basta imaginar esas palabras con las que pretendías martirizarme para confirmar tu falta de amor filial y la aspereza de tu carácter, tiránico a fuerza de debilidad. Cuántas veces he asistido con vergüenza, incluso desde antes de que se revelara tu auténtica naturaleza, a las incesantes protestas y recriminaciones (durante la hora de las comidas, en el camino a la sinagoga Pinkas, delante de mi escritorio o del mostrador del negocio); a los ataques de ira cuando me echabas en cara mi salud, mi apetito, mi presencia de ánimo; cuando me acusabas de preferir a tu hermana Valli, de sabotear la protección de tu bendita madre y la solicitud de matrimonio de Felice, de haberte procurado una estricta educación, de aconsejarte con franqueza para que pudieras subir valerosamente los peldaños de la vida, para tonificar sin rodeos tu inseguridad y que no te hundieras nunca en el aserrín de las contrariedades, en la cochambre del desprecio humano.
«Mi señor hijo, me afligen tus afrentas incansables, tu desconsideración, tu terco distanciamiento de cualquier cosa que te recuerde a mí. Digámoslo de paso, por primera vez, en defensa propia: trabajé como una bestia dese niño para proporcionarle a toda la familia una existencia cómoda. Mientras me sacrificaba sumido en preocupaciones, resolví tus asuntos de la mejor manera y te libré de obstáculos y temores, te alenté para que en lugar de ocuparte de la tienda lo hicieras de tus papeles, siempre taciturno pero bien abrigado y alimentado. El irrazonable odio que albergas hacia mí me llena de amargura. A este respecto, me faltan fuerzas para soportar el desasosiego de nuestra sostenida lucha. Creo que reventaré como un perro si sigo escuchando, de viva voz, esas mentiras con las que justificas hipócritamente tu rencor y tu deslealtad: nunca dije que tu hermana Ottla me disgustara adrede, no clamé contra la inmadurez y haraganería de los Löwy, no te impuse la soltería, no llamo "enemigos pagados" a mis empleados ni antepongo los negocios al cariño por mi familia (ojalá estuvieras tan orgulloso de mí como lo está tu madre). Tengo en cambio la convicción de que, conduciéndote como una criatura dominante y caprichosa, propiciaste nuestra incomunicación, a pesar de haberme mostrado en todo momento tolerante con tu verdadero ser, con tus nervios y terquedades, con tus garabatos y tus pesadillas. Por supuesto, en lo que me concierne a mi ánimo, han producido efecto las repetidas humillaciones y amenazas, esas escenas a las que jamás me acostumbraré, esos horribles grititos que sueles mezclar con una especie de silbido grotesco, aturdidor. Sé que te ríes sin remordimiento de mi corpulencia y de la bata que la cubre cuando paseo por casa, que te mofas cara a cara de mi obsesión por llevar el sombrero perfectamente cepillado. Sé que te parezco enorme y bruto y que me comparas con la pesada piedra de afilar de dos capas del abuelo Jakob. Sé que me haces responsable de tu situación, de lo que llamas (afianzándote en un insensato sentimiento de inferioridad) tu desdicha. Pero, con el tiempo, estoy aprendiendo a anular tu menosprecio y a convertirlo en afecto hacia tu particular condición. Contrariamente a lo que piensas, sufro por ti: con la paciencia de los justos, ordeno de continuo a tus hermanas que no hagan ruido con las puertas o en la cocina, que no arrastren los cerrojos ni rasquen las estufas, piso con cuidado al caminar desde el vestíbulo a las salas, cubro la jaula para impedir el canto de los dos canarios y te velo cada noche un rato mientras duermes.
«Sí, mi señor hijo, cada noche irrumpo de puntillas en tu habitación. Tras apagar la luz de la mesita, trato de arropar cuidadosamente todo el volumen abombado de tu cuerpo negro y brillante y, temblando, beso ese extraño apéndice de la cabeza que tanto me conmueve. Cada noche, apoyado en la puerta entornada, te miro con dulzura, desvalido en el lecho, sumiso al fin, y lloro al ver cómo se agitan aún con torpeza (el sueño intenta apaciguarlas en vano) esas viscosas y delgadas patitas tuyas. Entonces te contemplo persuadido de que no somos adversarios, de que el vínculo entre nosotros sigue establecido, de que la influencia de mi retraída potestad nada tuvo que ver con tu condena, de que en consecuencia nuestra relación no debe expiar castigo alguno. Y te perdono entonces el dolor que me causas, y me retiro llevándome tu silenciosa bendición, mi ofuscado, mi huraño, mi contrahecho, mi pobre, mi querido hijo.»
Hermann
Del libro Breviario negro [2015], de Ángel Olgoso [1961- ].
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sábado, 29 de julio de 2017
Lecturas de verano
Batiburrillo de lecturas de verano: Lucia Berlin, Ángel Olgoso, Gloria Fuertes, Aristófanes, Swift, Paco Roca, algo sobre zen y sobre género y sobre fotografía, y más cosas pendientes que ni recuerdo....
viernes, 28 de julio de 2017
Gloria
Conozco a Gloria Fuertes desde que era muy pequeño. La recuerdo en la tele, con un chaleco, a veces fumando, y leyendo sus poemas con voz cascada.
Muchísimos años después, por Vero, descubro a la Gloria Fuertes que escribe para mayores. Aunque ella dice que quizá fue al revés, y que fui yo quien se la descubrió a ella. ¿Quién sabe?
Hoy se cumplen 100 años de su nacimiento.
POÉTICA
En esto de escribir no tengo oficio
—ni beneficio—,
pero tengo muchas cosas que os pasan
—y me pasan—
y sé decirlas.
BALANCE
Estoy mejor desde que hice el recuento,
es menos lo que me falta que lo que tengo.
DEBE SER QUE TE QUIERO
Debe ser que te quiero
desde hace siempre.
Muchísimos años después, por Vero, descubro a la Gloria Fuertes que escribe para mayores. Aunque ella dice que quizá fue al revés, y que fui yo quien se la descubrió a ella. ¿Quién sabe?
Hoy se cumplen 100 años de su nacimiento.
POÉTICA
En esto de escribir no tengo oficio
—ni beneficio—,
pero tengo muchas cosas que os pasan
—y me pasan—
y sé decirlas.
BALANCE
Estoy mejor desde que hice el recuento,
es menos lo que me falta que lo que tengo.
DEBE SER QUE TE QUIERO
Debe ser que te quiero
desde hace siempre.
jueves, 27 de julio de 2017
miércoles, 26 de julio de 2017
martes, 25 de julio de 2017
gente que lee (165)
Marilyn Monroe [1926-1962] fotografiada, leyendo, por Eve Arnold [1912-2012].
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lunes, 24 de julio de 2017
domingo, 23 de julio de 2017
Cincuenta
Desde hace ya unos cuantos meses, en cada luna nueva, cuelgo aquí alguna de las cosas que escribo. Normalmente son cuentos o relatos, minicuentitos, o ejercicios de los que Ángel Zapata nos propone en la Escuela de Escritores...
Hoy lo que me sale es algo que se parece en cierto modo a la entrada de un diario personal.
Lo que me apetece hoy es contar y compartir aquí lo bien que me siento en estos días en que he celebrado con amigxs mis primeros cincuenta años.
Siempre digo que me gusta mucho celebrar cumpleaños, propios y ajenos. Cada vez más. Pero en esta ocasión, en la que por tantos motivos estoy de catarsis personal, ha sido aún más gratificante sentir este chaparrón de amor de amigxs, de familia, de gente más o menos cercana que ha querido alegrarse conmigo de que seguimos aquí.
Y aún me queda, durante los próximos días, alguna celebración privada con gente que no ha podido venir a casa esta semana...
Hace unos meses descubrí una piedra en la dehesa que me pareció un lugar perfecto para celebrar el cumpleaños. Al llegar la fecha, pensé que la logística no era muy buena: no estaba seguro de si iba a venir gente demasiado mayor o demasiado pequeña a la que le costara andar hasta allí, quizá iba a hacer demasiado calor... El caso es que al final hemos celebrado en casa.
Pero hoy, terminando el día y casi la semana, me he acercado yo solo paseando hasta allí. No me he cruzado por el camino más que con un par de señores con su perro y con algunas vacas.
He llegado a la piedra y he podido sentarme en soledad, rodeado sólo por el ruido del aire, los árboles y los pájaros, agradecido y contento, a saborear todo lo bueno que he recibido estos días de gente que me quiere mucho y bien.
Uno de los propósitos para los próximos cincuenta años es ser cada vez más disfrutón. Desde ya. Sin cesar.
No hay otra opción...
Así que, ¡seguimos!, claro...
Hoy lo que me sale es algo que se parece en cierto modo a la entrada de un diario personal.
Lo que me apetece hoy es contar y compartir aquí lo bien que me siento en estos días en que he celebrado con amigxs mis primeros cincuenta años.
Siempre digo que me gusta mucho celebrar cumpleaños, propios y ajenos. Cada vez más. Pero en esta ocasión, en la que por tantos motivos estoy de catarsis personal, ha sido aún más gratificante sentir este chaparrón de amor de amigxs, de familia, de gente más o menos cercana que ha querido alegrarse conmigo de que seguimos aquí.
Y aún me queda, durante los próximos días, alguna celebración privada con gente que no ha podido venir a casa esta semana...
Hace unos meses descubrí una piedra en la dehesa que me pareció un lugar perfecto para celebrar el cumpleaños. Al llegar la fecha, pensé que la logística no era muy buena: no estaba seguro de si iba a venir gente demasiado mayor o demasiado pequeña a la que le costara andar hasta allí, quizá iba a hacer demasiado calor... El caso es que al final hemos celebrado en casa.
Pero hoy, terminando el día y casi la semana, me he acercado yo solo paseando hasta allí. No me he cruzado por el camino más que con un par de señores con su perro y con algunas vacas.
He llegado a la piedra y he podido sentarme en soledad, rodeado sólo por el ruido del aire, los árboles y los pájaros, agradecido y contento, a saborear todo lo bueno que he recibido estos días de gente que me quiere mucho y bien.
Uno de los propósitos para los próximos cincuenta años es ser cada vez más disfrutón. Desde ya. Sin cesar.
No hay otra opción...
Así que, ¡seguimos!, claro...
sábado, 22 de julio de 2017
viernes, 21 de julio de 2017
jueves, 20 de julio de 2017
Si es amor, no duele
Empiezo mis cincuenta en una terraza de El Escorial, con un café, y leyendo Si es amor, no duele, el libro que han publicado hace apenas un par de meses Iván Larreynaga y Pamela Palenciano.
Hace añísimos que sé de Pamela, hace tiemoo hablábamos de ella y de su trabajo en los grupos de hombres en los que he estado, he visto varias veces en Youtube algunos de los vídeos de su monólogo No sólo duelen los golpes, y hace un año o dos tuve ocasión de verla en vivo.
Siempre me ha parecido que el suyo es un trabajo necesario, imprescindible, que trato de compartir con toda la gente que puedo y que me gustaría muy especialmente que conociera gente cercana que quiero y a la que creo que sentaría bien, como me sienta a mí: hermanas, sobrinxs, amigxs.
El año pasado, casualmente, conocí a Iván, con quien compartí el primer taller de escritura que hice en la Escuela de Escritores.
Este librito ha sido uno de los regalos (de María, claro) que me cayeron ayer por mí cumple.
Es (casi) una transcripción del monólogo de Pamela, algo adaptado para ser leído en vez de escuchado en un escenario. Un texto claro, contundente, irrebatible. Igual que me pasa con el monólogo, lo mejor que se me ocurre decir de este libro es que es imprescindible, que hace falta, que no puede no existir.
No podemos quedarnos esperando a que políticxs e instituciones resuelvan el maltrato y la desigualdad, y resuelvan los problemas relacionados con el género, aunque obviamente debemos seguir exigiéndoselo. Desde mi punto de vista, sin duda, la solución del problema, que no es otra que el desmantelamiento del patriarcado, tiene que pasar por el trabajo personal de cada uno y cada una, y por hacer públicas y compartidas experiencias como la que cuentan Iván y Pamela.
¡Gracias!
¡Seguimos, que estamos en el camino pero aún nos queda mucho!
Hace añísimos que sé de Pamela, hace tiemoo hablábamos de ella y de su trabajo en los grupos de hombres en los que he estado, he visto varias veces en Youtube algunos de los vídeos de su monólogo No sólo duelen los golpes, y hace un año o dos tuve ocasión de verla en vivo.
Siempre me ha parecido que el suyo es un trabajo necesario, imprescindible, que trato de compartir con toda la gente que puedo y que me gustaría muy especialmente que conociera gente cercana que quiero y a la que creo que sentaría bien, como me sienta a mí: hermanas, sobrinxs, amigxs.
El año pasado, casualmente, conocí a Iván, con quien compartí el primer taller de escritura que hice en la Escuela de Escritores.
Este librito ha sido uno de los regalos (de María, claro) que me cayeron ayer por mí cumple.
Es (casi) una transcripción del monólogo de Pamela, algo adaptado para ser leído en vez de escuchado en un escenario. Un texto claro, contundente, irrebatible. Igual que me pasa con el monólogo, lo mejor que se me ocurre decir de este libro es que es imprescindible, que hace falta, que no puede no existir.
No podemos quedarnos esperando a que políticxs e instituciones resuelvan el maltrato y la desigualdad, y resuelvan los problemas relacionados con el género, aunque obviamente debemos seguir exigiéndoselo. Desde mi punto de vista, sin duda, la solución del problema, que no es otra que el desmantelamiento del patriarcado, tiene que pasar por el trabajo personal de cada uno y cada una, y por hacer públicas y compartidas experiencias como la que cuentan Iván y Pamela.
¡Gracias!
¡Seguimos, que estamos en el camino pero aún nos queda mucho!
miércoles, 19 de julio de 2017
gente que lee (164)
Lxs amigxs me regalan, entre otras cosas, libros, claro. Y yo empiezo la mañana de mi (50) cumple de la mejor forma posible...
martes, 18 de julio de 2017
lunes, 17 de julio de 2017
domingo, 16 de julio de 2017
Gulliver
Este sábado hemos tenido un mini taller de fotografía en el Centro de Humanidades de La Cabrera. Otras veces suelo hacer una propuesta que tiene que ver sobre todo con aspectos relacionados con la técnica fotográfica, con la composición, etc...
Esta vez me apetecía cambiar un poco. Estuve pensando en el verano, en los viajes, en la literatura de viajes... y se me ocurrió hacer un taller en el que el tema sobre el que trabajáramos fuera alguna novela de viajes...
Pensé en Alicia, en el Quijote, en Moby Dick, en Robinson Crusoe... y finalmente hicimos una actividad molona y divertida sobre los viajes de Gulliver...
Mola esto de juntar literatura y fotografía...
¡Seguimos!
Esta vez me apetecía cambiar un poco. Estuve pensando en el verano, en los viajes, en la literatura de viajes... y se me ocurrió hacer un taller en el que el tema sobre el que trabajáramos fuera alguna novela de viajes...
Pensé en Alicia, en el Quijote, en Moby Dick, en Robinson Crusoe... y finalmente hicimos una actividad molona y divertida sobre los viajes de Gulliver...
Mola esto de juntar literatura y fotografía...
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sábado, 15 de julio de 2017
viernes, 14 de julio de 2017
jueves, 13 de julio de 2017
miércoles, 12 de julio de 2017
Escepticismo
Nunca he podido comprender el mundo y me iré de él llevándome una imagen confusa. Otros pudieron o creyeron armar el rompecabezas de la realidad y lograron distinguir la figura escondida, pero yo viví entreverado con las piezas dispersas, sin saber dónde colocarlas. Así, vivir habrá sido para mí enfrentarme a un juego cuyas reglas se me escaparon y en consecuencia no haber encontrado la solución al acertijo. Por ello lo que he escrito ha sido una tentativa para ordenar la vida y explicármela, tentativa vana que culminó en la elaboración de un inventario de enigmas. La culpa la tiene quizás la naturaleza de mi inteligencia, que es una inteligencia disociadora, ducha en plantearse problemas, pero incapaz de resolverlos. Si alguna certeza adquirí fue que no existen certezas. Lo que es una buena definición del escepticismo.
De las Prosas apátridas del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro [1929-1994].
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martes, 11 de julio de 2017
lunes, 10 de julio de 2017
domingo, 9 de julio de 2017
Vacaciones
Es raro. La mayoría de los gente que conozco lee en vacaciones más de lo que suele leer en otros momentos del año...
A mí, al menos cuando vengo a Algeciras,me suele pasar lo contrario. Entre paseos, quedadas familiares y ratos de playa, dejo poco rato para las novelas...
;o)
A mí, al menos cuando vengo a Algeciras,me suele pasar lo contrario. Entre paseos, quedadas familiares y ratos de playa, dejo poco rato para las novelas...
;o)
sábado, 8 de julio de 2017
viernes, 7 de julio de 2017
jueves, 6 de julio de 2017
miércoles, 5 de julio de 2017
Cambio de ritmo
Cuando vengo a Algeciras a ver a la familia se me cambian los tiempos y las rutinas: visitas, paseos, cafés viendo el tour...
Poco tiempo para leer...
Poco tiempo para leer...
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martes, 4 de julio de 2017
lunes, 3 de julio de 2017
Fin de curso
Hoy terminan dos actividades a las que este curso he dedicado mucho tiempo, energía y neuronas.
Una de ellas es el concurso Relatos en Cadena. Me propuse intentar participar todas las semanas que pudiera, y después de estos diez meses estoy encantado de haber logrado no fallar ninguna de las 32 semanas y de haber conseguido, además, que uno de mis relatos fuera seleccionado en enero para una final semanal.
Y la otra es el taller de escritura creativa que he estado haciendo en la Escuela de Escritores con Ángel Zapata.
En estas últimas semanas me ha costado ir más al día y mantener el ritmo de los deberes,, pero termino con la sensación de haberme llevado lo mejor que alguien puede llevarse de algo así: haber aprendido mucho y haber conocido gente magnífica.
El año que viene más y mejor...
¡Seguimos!
Una de ellas es el concurso Relatos en Cadena. Me propuse intentar participar todas las semanas que pudiera, y después de estos diez meses estoy encantado de haber logrado no fallar ninguna de las 32 semanas y de haber conseguido, además, que uno de mis relatos fuera seleccionado en enero para una final semanal.
Y la otra es el taller de escritura creativa que he estado haciendo en la Escuela de Escritores con Ángel Zapata.
En estas últimas semanas me ha costado ir más al día y mantener el ritmo de los deberes,, pero termino con la sensación de haberme llevado lo mejor que alguien puede llevarse de algo así: haber aprendido mucho y haber conocido gente magnífica.
El año que viene más y mejor...
¡Seguimos!
domingo, 2 de julio de 2017
Decálogo
1. El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector a su vez pueda contarlo.
2. La historia del cuento debe ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada y si es inventada real.
3. El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.
4. La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto mejor. Si no logra ninguno de estos efectos no existe como cuento.
5. El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.
6. El cuento debe sólo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.
7. El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.
8. El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.
9. En el cuento no puede haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.
10. El cuento debe conducir necesaria, inexorablemente a un sólo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.
Encontré este decálogo en la introducción de la edición a los cuentos de Julio Ramón Ribeyro [1929-1994] publicada en la colección Letras Hispánicas de Cátedra.
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sábado, 1 de julio de 2017
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