He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
Desde la semana pasada tengo un documento en el que dice oficialmente, con sellos, firmas, números y fecha de caducidad, que soy carne de lector.
¡Mola!
Tiene su cosa que la mismísima BNE prescinda de las tildes en sus carnés...
;o)
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