He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]

jueves, 28 de enero de 2016

Ungeziefer

Kafka le escribió al editor de la Metamorfosis, temiendo que el diseñador de la portada intentara reproducir algo aproximado a su Ungeziefer ("bicho"):
¡Eso no, por favor, eso no! El insecto no ha de aparecer dibujado. No hay que mostrarlo ni siquiera de lejos.
Una prohibición casi desesperada. ¿Trataba Kafka de limitar la capacidad de imaginar de sus lectores? Un traductor de Kafka me sugirió que quizá lo que éste quería era que su insecto se viera (o que el lector lo viera) sólo desde dentro: desde el punto de vista del propio insecto.
[...]
Estas imágenes que "vemos" cuando leemos son personales. Lo que no vemos es lo que el autor imaginaba cuando estaba escribiendo un libro. Dicho de otro modo: cada narración está hecha para que la sometamos a una transposición, para que la traduzcamos con la imaginación; para que la traduzcamos mediante asociaciones personales. Es decir, es nuestra.

¿Qué vemos cuando leemos? [2015]
Peter Mendelsund.

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