La escritura [...] no es más que un nombre diferente que se le da a la conversación. Y al igual que nadie que se sabe en buena compañía se atrevería a hablar sin parar y a decirlo todo él, así ningún autor que comprenda bien cuáles son los límites del decoro y de la buena educación presumiría de pensarlo todo él. La mayor y más sincera muestra de respeto que se le pueda dar al entendimiento del lector consiste en repartir amigablemente con él esta tarea y en dejarle imaginar algo a su vez: tanto, casi, como el propio autor.
Cita de La vida y las opiniones del caballero Tristam Shandy [1759-67], de Laurence Sterne [1713-1768], que he encontrado hojeando al azar el libro ¿Qué vemos cuando leemos? [2014] de Peter Mendelsund, uno de mis últimos descubrimientos para este año nuevo que empieza...
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