Esta tarde me voy, un año más, al Seminario de Fotografía y Periodismo que organizan cada año Gervasio Sánchez y Sandra Balsells en Albarracín, con la Fundación Santa María de Albarracín. Y con éste van quince.
Desde hace mucho tiempo este fin de semana de octubre es uno de los hitos más importantes del año para mi.
En Albarracín siento que de verdad empieza el curso definitivamente después del verano, es cuando de verdad saco la ropa de abrigo, el frío allí no es broma. Estos cuatro días me sirven para revisarme, para mirarme a mi mismo y para mirarme en el espejo que suponen para mi las casi doscientas personas que asisten al seminario. Estos días me sirven para echar un vistazo con un poco de perspectiva a lo que he hecho y a lo que quiero hacer.
A pesar del título del seminario, no es un lugar ni un tiempo en el que sólo se hable de fotografía: es un lugar de encuentro en el que se comparte fotografía, arte, historia, literatura, política, cine, música...
Y sobre todo son cuatro días que me sientan muy, muy, muy bien.
He estado de compras... y he comprado tres cosas. Lo primero: una máquina de escribir. Acabaré el capítulo seis de mi novela y seremos millonarios. La segunda: una estufa. Aquí hay calor humano pero no basta... La tercera: un despertador... porque hay que introducir el tiempo en nuestras vidas... porque nos hace falta disciplina... sobre todo a mí... y porque será la única forma de cronometrar mi tiempo.
[Ópera Prima, Fernando Trueba, 1980]
De eso se trata de sentirte muuy bien. Seguramente es porque das y recibís, tu interior...
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