Sócrates no escribió jamás una sola palabra. Sin embargo, la filosofía griega se divide y se estudia en dos partes: los Presocráticos, y Sócrates y los grandes filósofos posteriores. Ahí es nada. No cabe la menor duda de que Sócrates es una figura fundamental del pensamiento occidental. Su búsqueda de la verdad, su indagación, mediante el diálogo, sobre la moral, la honestidad, la justicia, el conocimiento del hombre, -partiendo de la asunción del no conocimiento-, le convierten en un ser singular y por supuesto, en un ser peligroso para cualquier tipo de hipocresía, ya sea individual, colectiva, o incluso democrática. Es esa condición insobornable lo que le lleva -tras una larvada inquina incubada durante más de veinte años- a ser acusado por seres insidiosos cercanos al poder, de perversor de la juventud y negador de los dioses oficiales. Esa joven democracia no digería la independencia, agudeza y ética de un hombre íntegro, valiente, irónico, coherente y enfrentado por su actitud a las oscuridades de un sistema democrático dispuesto a devorar a sus más valiosos hijos. ¿Les suena a algo?
De las notas al programa de la obra Sócrates, juicio y muerte de un ciudadano, escritas por su autor y director Mario Gas, estrenada hace unos días en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.
***
Desde hace algún tiempo da la triste sensación de que están acabando con todo. Me refiero a lo que se puede ver cuando uno se asoma un poco a lo que ocurre en las aulas: se reducen año a año las asignaturas de arte, música, filosofía, latín. Mientras se reducen las horas de estas materias se introducen cosas más o menos "exóticas" como economía, o se añaden horas de clase a informáticas, tecnologías, etc.
Hace años que los ministros de educación, tanto de un partido como de otro, eso da igual porque hace décadas que se volvieron indistinguibles, como si fueran uno solo, parecen haberse puesto de acuerdo en que la formación que se imparte en colegios e institutos sea sólo una formación "práctica", signifique eso lo que signifique. Y eso, claro, vuelve "inútiles" materias como la filosofía o el latín.
Creo que el problema no es Wert, que también y que espero que tanta paz haya llevado como paz dejó, ni el nuevo, que ni sé cómo se llama pero vi hace unos días que una de sus primeras acciones ha sido retirar de su despacho un retrato de Unamuno, por si se le pegaba algo sería. El problema creo que es que, desde hace siglos, con cualquier gobernante de cualquier signo, bajo reyes o dictadores, no se valora la educación, no es una prioridad, no es importante. Cualquiera puede ponerse en ese puesto y hacer cualquier cosa, sin mucho criterio, o sólo con el suyo propio... y no pasa nada.
Ahí vamos...
***
Hace unos días, hablando con uno de mis alumnos, le pregunté qué asignaturas tenía el próximo curso en la opción que había elegido en bachillerato:
-Matemáticas para humanidades, economía, informática, tecnología industrial, fisiología...
-¿Fisiología? ¿Y qué dais en fisiología?
-No sé de qué va... es el primer año que la tengo... no estoy seguro... creo que se da algo parecido a lo que damos en ética... o algo así... no sé...
-¿Filosofía?
-Sí, eso, filosofía.
¡Seguimos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario