Nadie quería decirle a qué hora pasaría el tren. Lo veían tan cargado de maletas, que les daba pena explicarle que allí no había habido nunca ni vías ni estación.
Microcuento del escritor catalán Pere Calders [1912-1994], del Invasió subtil i altres contes, incluido en la antología de cuentos breves y brevísimos La mano de la hormiga.
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