lunes, 26 de junio de 2017

Bibliotecario por un día

La semana pasada me propusieron hacer una sustitución a una de las personas que trabajan en la biblioteca del Centro de Humanidades de La Cabrera. Muchísimas veces he pensado que el de bibliotecario, como el de librero, podría ser uno de esos trabajos en el que me lo pasara bien. Sé que ambos trabajos tienen una parte aburrida y rutinaria de ordenar, catalogar, etc. pero también tienen esa parte alucinante de hablar con quienes llegan preguntando qué leer...
El sábado pasé un día tranquilo. Ya casi no quedan estudiantes en la biblioteca, quienes estaban preparando sus oposiciones ya se han examinado, y durante todo el día pasó muy poquita gente a coger o devolver libros. Sólo por la tarde, coincidiendo con la entrada del cine, vinieron unas cuantas personas. Pero a pesar de esa tranquilidad "excesiva" fue una experiencia divertida...
Y al final de la tarde, cuando estábamos a punto de cerrar, llegó una familia preguntando por varios libros que le habían recomendado al pequeño en el colegio y por unas guías de viaje para las vacaciones. Cuando más o menos tenían lo que querían la madre me dijo si tendría algo que le pudiera interesar a él, señalando a un adolescente que se había quedado fuera esperando a que acabaran y que, como la mayoría de los que conozco en mis clases o en mi entorno, lee nada o casi nada. 
Y ahí me vine arriba, tratando de encontrar algo que le pudiera interesar y que, aunque sólo fuera durante unas horas, le enganchara a alguna historia... 
No sé si lo que se llevó le animó a leer y lo disfrutó, pero me gustó intentarlo...

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