Todos pedimos aire,
aire para reír y suspirar,
aire para que nuestras palabras
no se estrellen en murallas
construidas a punta de muerte.
Es por el aire por lo que cantamos,
poetas, músicos, habladores,
nuestro pueblo está sediento de aire,
se está ahogando nuestro pueblo
en el olor fétido de la carroña.
Es aire lo que se respira en el subsuelo
allí donde se esconde el verbo nuevo.
Es aire lo que se respira en las montañas,
a pesar de los gritos,
es aire lo que se respira,
es aire,
todos están oliendo
-subrepticiamente y a escondidas-
un aire limpio.
Gioconda Belli [1948- ].
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