[...] No saldré de este recinto antes de averiguar la verdad. ¿Quiere que me vaya mañana por la mañana? Muy bien, él es el dueño de casa. Pero de aquí a mañana por la mañana debo averiguar la verdad. Debo averiguarla.
-¿Debéis? ¿Quién os lo exige ahora?
-Nadie nos exige que sepamos, Adso. Hay que saber, eso es todo, aún a riesgo de equivocarse.
De la novela El nombre de la rosa [1980] del escritor italiano Umberto Eco [1932- ].
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