martes, 20 de enero de 2015

Atasco

Al cerrar el coche ha vuelto a mirar su reloj. Hace ya un buen rato que llega tarde a la clase que tenía que dar a primera hora. De repente, todo lo que tenía que hacer esa mañana ya no es importante. Cuando echa a andar, el aire fresco que nota en la cara le hace sentirse bien. Ha recorrido unos cincuenta metros y se siente mejor con cada paso que da. Mientras camina oye a alguien que le grita a su espalda. No distingue bien lo que le dice, aunque supone que nada bueno. No hace caso. Sigue caminando, mirando al frente, evitando tocar los coches entre los que se mueve lentamente, con paso firme, sin mirar atrás.
Unos metros más adelante le ha parecido ver a otra persona que también se ha bajado de su coche. Vuelve la vista y ve a dos más, una de ellas, con un bebé en brazos, le sonríe desde lejos y le saluda con la mano mientras avanza en su misma dirección.
Sigue andando, despacio, con tranquilidad, y con la sorpresa de ver que, poco a poco, de más y más coches se baja gente, cierran las puertas y echan a andar, abandonándolos en medio del atasco, liberándose de ellos para caminar, por fin.

Manjirón, febrero de 2014.

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Atasco por Román J. Navarro Carrasco se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

1 comentario:

  1. Cuantas veces he deseado tener esa sensación y alguna que otra lo he conseguido ;D. Muy chulo.

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